Inmarcesible I & II ✔️

2. La pecosa guapa. 🐝

MARATÓN 1 DE 3.

CAPÍTULO DOS: ZHAK.

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"Sí la vida te da una maravillosa madre cuídala y valórala".

—Zhak Woods.

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Arribita en la imagen: La creación de Zhak.

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—¡No soy un conejo!.—grité abriendo mis ojos, sentí mis mejillas calentarse.

—Eres blanca y te has puesto roja ¿Qué más pruebas de aquello necesitas?.—me dijo tocando mi mejilla derecha.

—Sany, estas loca.—dije parándome de la banca y sacudiendo mi uniforme.

—¿Sany?.—arqueó su ceja asombrada.—estás loca.

—Un poco dice mi mamá, tu me has llamado coneja es justo que yo te diga Sany en vez de Samy...

—¡Hijo a desayunar!.—gritó mi madre desde la planta baja interrumpiendo mi lectura.

—Ya, mamá, dame un momento.—dije cambiando la página.

—¡Zhak Woods!.

—Solo una página más, por favor...

Solté un suspiro mientras me paraba de la cama y cerraba el libro.

Bajé y entré a la cocina mi madre estaba sentada y mi tío haciendo el desayuno.

—Buenos días, mamá y tío.

—Buenos días, hijo siéntate.—habló mi tío Joel.

—A comer cariño.—dijo mi madre.

Asentí.

—Saben que soy malo un poquito malo en la cocina pero les he hecho esto con mucho cariño a ambos.—caminó Joel hasta nosotros con dos platos, puso cada uno en su sitio.

Era pan tostado con aguacate y un huevo frito encima.

—Gracias tío, lo que vale es la intención.—chocamos puños.

—Esta rico.—dijo mamá dándole una mordida.

Reímos porque para mi madre no había pan malo.

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Caminaba por la acera del colegio pensando en: ¿Samantha podrá alguna vez perdonar a Andrómeda, por lo que le hizo? Si tan solo la hubiera escuchado... salvó la vida de ambas y es algo de lo que Sam nunca sabrá si no le da una oportunidad a An para contar su versión de los hechos.

—Entonces hablamos luego, Miel.—dijo un hombre desde la ventana de su auto despidiéndose de una chica con el cabello... rojísimo.

Era la primera vez que veía una chica con ese tono de cabello se notaba que era natural.

Llevaba un vestido de flores que me recordó al capítulo de la playa en Andrómeda.

—Claro papá, cuídate mucho y escríbeme cuando llegues al trabajo.—le dijo cerrando la puerta del coche y despidiéndose con la mano, no avance a escuchar lo primero que dijeron.