La verdad nunca es contada completamente, siempre hay partes omitidas, en el camino se cambian palabras, se cambian acciones, se cambia hasta la hora. 10 jóvenes inocentes que se ven envueltos en una serie de sucesos inexplicables. Un anónimo que ti...
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—Bem, me pueden explicar porque estamos acá tan temprano un sábado— dijo de mala gana Issy.
—Issy entre más rápido mejor—le contesto Alec. íbamos los 9, Issy iba lo mejor posible alejada de Tyler, y él igual. —Espera, ¿acabas de decir bien en portugués? —le pregunto él.
—Sí, estoy aprendiendo nuevos idiomas —dijo ella dándole una sonrisa.
—Hey, creo que la ruptura la dejo mal —le hizo burla Lander.
—Cierra la boca, drogadicto —le dijo Issy mientras lo miraba asesinada mente.
—Bien apurémonos a llegar —dijo Ian fastidiado.
Estábamos caminando por el bosque, y el recorrido sí que era largo, esa cabaña de la fotografía estaba muy alejada de bosque habitual de Blairsville, y los carros no podían entrar a este lado.
Se preguntarán como encontramos la cabaña, bueno hemos ido mostrando la fotografía a cada persona que se nos cruza enfrente, unos nos han dado información, otros dicen no saber, son unos inútiles, en fin, hemos dado con ella.
—Chicos no pienso meterme en el lodo, estos zapatos son nuevos —les digo.
Estamos enfrente de un gran charco, bueno más bien parece una laguna de lodo.
—Elizabeth no te pongas insoportable, ¿quieres? —me dijo amargamente Violet.
—No pasare —vuelvo a chillar.
Y sí, acabo de comprar estos zapatos, me acaban de llegar de Balenciaga y no pienso ensuciarlos, fresa y todo, pero vamos son Balenciaga.
—Si son nuevos, ¿para que los trajiste si sabías que veníamos al bosque? —me pregunto Tyler malhumorado.
—Los quería estrenar— volví a chillar.
—¿Te cargo? —me pregunto Alexis un poco desesperado.
—Sí —chille de emoción tirándome encima de él para que me cargara.
Siempre consigo lo que quiero. Ya estamos enfrente de lo que parece la cabaña, y su fachada es horrible Dios, no puedo imaginar que alguien viva acá.
—Esto es horrible —digo con asco.
—Demasiado —dijo Mav.
—Entremos —dijo Violet con desprecio.
La puerta estaba abierta, así que no la tuvimos que forjar ni nada, cosa que era extraña.
