2. i. family

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FAMILIA

VENUS SE SENTÓ EN LA CAMA Y MIRÓ POR LA VENTANA

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VENUS SE SENTÓ EN LA CAMA Y MIRÓ POR LA VENTANA. LA LUNA ENTRABA POR ELLA E ILUMINABA TODA LA HABITACIÓN. LO ÚNICO QUE SE ESCUCHABA ERAN LOS LEVES RONQUIDOS DE TONKS, QUE DE UNA EXTRAÑA FORMA LE HACÍA SENTIR QUE NO ESTABA SOLA. Había sido un verano raro, esa era la única palabra que a Venus le venía a la mente.

Sin Ares, sin tío Felix, sin Liz, sin Draco.

Draco. Solo pensar en él dolía. Le había escrito un par de veces ese verano, pero al no recibir respuesta Venus sintió que estaba hablando sola. Continuó escribiéndole cartas, pero ninguna llegó a salir de su habitación. Venus no era tonta sabía lo que el chico seguramente había tenido que hacer, y no lo juzgaba, ella habría hecho lo mismo por proteger a los suyos.

Pero después de todo, no importaba lo que ellos quisieran. Recibir esa marca era su destino.

Sin darse cuenta ya estaba amaneciendo y los primeros rayos de sol se colocaban por las cortinas de color beige. No sabía que le pasaba últimamente, pero cada vez que pensaba en Draco, se le iba el santo al cielo. Podía pasar horas pensando en él, y ni siquiera percatarse de ello. Sentía esa extraña electricidad que te recorre de la punta de los pies hasta la cabeza cada vez que recordaba su sonrisa, unas cosquillas en el estómago al pensar en sus ojos grises, y un nerviosismo inexplicable cada vez que pensaba que quedaba menos para verlo en persona.

Venus había dejado de tener pesadillas, o al menos no eran tan frecuentes. Ahora, ella soñaba con Draco, que él estaba a su lado. Todas las noches soñaba con su voz, él le contaba alguna anécdota de sus viajes o cualquier tontería que se le viniera a la mente. Como cuando eran niños y se escapaban al lago.

Se levantó de la cama al escuchar ruidos en la planta baja, aún en pijama descendió por las escaleras. Sonrió de forma cansada hacia Remus Lupin que ayudaba a Andromeda a preparar el desayuno.

—Buenos días, Venus —la cálida voz de Remus la embraigó como si fuera una taza de chocolate caliente—, ¿cómo has dormido?

—He tenido noches mejores —artículo acercandose al hombre.

Este sonrió y le revolvió el pelo. Venus había descubierto que Remus no solo era un excelente profesor, sino también una fantástica persona. Desde un principio le había hecho sentir cómoda, y querida, la había tratado como si fuera su propia hija. Remus era una persona reservada y un tanto tímida cuando la conocías, pero cuando cogías confianza con él, el hombre te demostraba lo divertido y espontaneo que era. Admiraba lo inteligente que era, y como a pesar de su condición, continuaba con su vida lo mejor que podía.

—Espero que tengas tu baúl preparado ya, jovencita —dijo Andomeda poniendo delante de Venus un plato con tostadas—. Anoche te quedaste hasta tarde con Tonks, y me juego lo que sea a que no lo terminaste.

DEMONS, draco malfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora