H E R D I N © ✓ (Terminada)

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Debería de estar estallando la cabeza de Travis a preguntas como: ¿Cuál es tu secreto? ¿Qué eres de Dravia? O ¿Por qué actúas como Hardin Scott?.
Pero no. Estamos en lo que de se supone que es su "espacio" y él es quien está haciendo las preguntas.

Ni me dijo un 'Hola' cuando me vio, tal vez yo lo hubiese hecho por educación.
Lo primero que me pregunto fue, que si cual era mi género literario favorito -Facil, pensé, pero él se burlo de mí cuando se lo dije- Yo le hice la misma pregunta y... su género a diferencia del mío, tienen una enorme diferencia y es algo nuevo de él, que no conocía- Bueno, realmente no lo conozco y cada cosa nueva de él, Es un punto a mi favor para descubrirlo-.

Al parecer Travis tiene un punto de vista diferente al mío. Antes de llegar a su casa, me escribo para decirme que trajera mi libro favorito, -Ademas, la pregunta de como se habia conseguido mi número, la repuesta era obvio, Dravia. pero... hay una pregunta aquí: ¿Cómo supo decirle a Dravia que le diera mi número, si él ni me conoce? Bueno, hasta hace unos dias- No sabía para que lo quería, hasta este punto.

—¿Donde está?

—¿Que cosa?

—El libro— su voz fría hace que el lugar donde estamos se torne siniestro ya es está algo oscuro.

Me quito la maleta que traigo en mi espalda saco el ejemplar y se lo extiendo.

—¿Qué haces? ¡¿Travis?!— mis últimas palabras suenan como un grito descargador.

—Tranquila... solo intento que tú mente funcione de otra manera, estarás bien... —Travis habla de una manera tan tranquila que me asusta— escribiremos sólo una historia, diferentes puntos de vista, sólo eso.

Lo mato...

Me tire encima de él e intenté quitarle mi libro de sus manos, pero fue en vano.

—¡¿Por qué lo quemas?!—le grite de nuevo

—Con esto, tendrás una buena idea para escribir tú historia— se encoge de hombros y tira lo que queda del libro al bote de basura.

—No tenías por que hacerlo —estoy al borde del llanto, ver como queman tu objeto más preciado y pensar en lo mucho que te costó conseguirlo... no tiene precio, ni perdón. Pero, en mi caso, me lo obsequió alguien muy importante y... —¡Eres un imbécil, Travis!

—Eso lo sé— su manera de hablar me desespera, él estúpido de Travis Herdin está firmando su juicio de sentencia conmigo.

Ser una persona pasiva es algo a mi favor, pero también cuando me buscan me encuentran. Soy virgo y somos personas complicadas, detallistas, perfeccionista e/Y un poco impulsivas.

En esta ocasión, lo pasivo no existe en mí, mi lado vengativo está saliendo como turbo: a toda máquina, y Travis está a punto de conocerlo.

—¡Travis Herdin... —digo entre dientes —has escrito tú pena de muerte conmigo!— le lanzó lo primero que encuentro a mi lado— ¡Eres un idiota, egocéntrico de mierda!— sigo lanzando cosas y el las esquiva sin ningún problema.

—¡Detente!— Grita, pero yo sigo con lo mío, hasta el punto que ni hay más nada por lanzarle —¡¿Estas loca?! Mira como has dejado el lugar.

Definitivamente esto parece mi cuarto cuando le hago un cambio de decoración, así como al estilo Judith Flores.

—¡Acabas de quemar mi más grande pertenencia y quieres que este tranquila! ¡El demente aquí eres tú!— encuentro un cojín del sofá en el piso y se lo lanzó de nuevo.

—¡Que te detengas!— vuelve a gritar —Es algo material, lo puedes recuperar de nuevo.

Es fácil para él decirlo, la persona que me regalo ese libro Desafortunadamente ya no está en este mundo y sólo de recordar lo que paso hace segundos, hace que quiera matar nuevamente a Travis.