Capítulo 40 - Un espía

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- Pues... solo queda enviarlo a la tierra - dedujo Izaro.

- ¿como lo enviareis? - pregunto Alyssa.

- Lo enviaremos con una de las muchas naves (los humanos lo llamáis platillos volantes o ovnis) de repuesto que tenemos - contesto Izaro.

- Zenda, ve preparando a Axel (Axel el el robot-humano) con la mini nave - agregó Izaro.

- Por supuesto señor -

Unos minutos después:

- La DRO-3 ha aterrizado - chillo Briseida.

La DRO-3 era el platillo volante, ovni o mini nave, como lo prefieras llamar. Es decir, la DRO-3 la mini nave alienígena (sin alienigenas). En la DRO-3 se transportaba a Axel (el robot-humano) hacia la tierra. Ahora mismo había aterrizado. Habían tardado menos de 5 segundos en llegar y aterrizar porque iban a la velocidad de la luz, además del aterrizaje automático.

Habían aterrizado en EEUU (Estados Unidos), en Houston. En una zona deshabitada, habían antiguas fábricas (de la época de la revolución industrial). Esa zona estaba desierta, la fábricas estaban sucias y viejas. El aire estaba bastante contaminado, de un color amarillento absorbente oscuro. Pero eso no sería un problema para un robot-humano (los robots-humanos no respiran).

Había una zona a unos metros de la fábrica fantasmal en la que había hierba, pero estaba amarilla y seca.

Este lugar era el lugar perfecto para construir la sede secreta alienigena, por que por allí no iba nadie. Ese lugar era inhabitable para los humanos, si querías estar allí tendrías que llevar un regenerador de aire con mascarilla.

- Perfecto, ¿Axel recibes las redes de radio y televisión? - pregunto Izaro desde un micrófono que tenía delante.

- Sí señor - respondió Axel (el robot-humano).

- Bueno, eso ahora da igual, luego nos conectaremos a la red, ahora tenemos que ir a la sede de la "NASA" - opino Izaro.

- Espero sus órdenes señor - dijo Axel.

- Deja de hablar como un inútil y escúchame - artículo Izaro.

Axel se quedó calladito.

- Tendrás que infiltrarse en la "NASA" como si trabajaras allí hace años, ¿vale? tu nombre sera Axel Collins ¿vale? estarás trabajando a las órdenes del director de la "NASA" que creo que se llama Erwin, tendrás que relacionarte con él y extraerle toda la información posible ¿vale? ahh, si y por último, a Erwin lo llamarás Sr. ¿vale? ¿te ha quedado clarito? - explicó Izaro.

- Sí señor - respondió Axel con voz ronca.

- Pues muy bien, estarás en contacto con nosotros siempre que lo necesites y recuerda no le reveles a nadie tú verdaderas intenciones, si alguien te invita a una copa o algo tú dirás "Perdone, lo siento mucho, pero hoy estoy ocupado, ya sabrá... trabajando en la "NASA" siempre tienes papeles que rellenar" ¿de acuerdo? - siguió diciendo Izaro.

- Sí señor - respondió Axel.

- Vale... ahh, si, que se me olvidada, te tendrás que influtrar en el despacho de Erwin siempre que puedes y tomarle copias a todos los archivos de Erwin e enviarnoslo a nosotro ¿vale? - agrego Izaro. Una vez que Izaro te da órdenes, no para hasta que alguien se lo dice.

- Sí señor - respondió Axel a regañadientes. Normalmente la mayoría de robots no tienen sentimientos, pero Axel si.

- ¿Que hora es allí en Houston? - pregunto Izaro.

- Las 23:07 p.m -

- Cortare la comunicación para poder ir a la sede de la "NASA" sin sospechas de nadie ¿vale señor? - añadió Axel rápidamente antes de que Izaro se fuera.

- Vale Axel -

Axel cortó la comunicación con la nave alienígena.

- comunicación cortada señor - informó Brais a Izaro.

- Vale, esperar a que llegue la siguiente señal -

Esperaron durante unos minutos sin hacer nada más que mirar atentamente todas las pantallas para verificar cualquier signo de alguno mensaje de Axel (el robot-humano).

Axel, en cambio estaba en camino a la sede de la NASA.

No tardaria mucho en llegar, ya que era un robot, tenía propulsores especiales diseñados para aumentar la velocidad de la marcha.

Pasaron un par de minutos, que parecían una eternidad, Axel llegó frente las enormes puertas de la NASA. Había pasado una hora desde que había cortado la comunicación con los alienígenas.

Eran las 24:58, media noche. Seguramente no había nadie más que los guardias de noche en la sede de la NASA. Lo más probable es que los guardias de noche se hubieran quedado dormidos.

Axel estaba escondido detrás de un árbol quemado observando las grandes puertas que le ofrecieron una cariñosa bienvenida, pero él, con lo inteligente que era no caería en ese tipo de trampas visuales.

Enfrente de las puertas había dos guardias, uno a cada lado vigilando con su atenta mirada, estaban un poco soñolientos.

Axel se metió entre los arbustos escuridizamente. Se acercó a primer guardia, que estaba de espaldas.

Se abalanzó sobre el guardia tapándole los ojos con sus fuertes manos de hierro y plástico. El guardia pego un grito que quedó absorbido por el silencio.

Axel cogió al guardia por el cuello y le tapó la boca con una tela bien atada a la cabeza, las manos y las piernas con una cuerda que hizo aparecer desde un bolsillo de su elegante pantalón.

Dejo al primer guardia inconsciente escondido en los arbustos, ahora fue a por el segundo.

El segundo se habia quedado dormido, esta vez seria mas facil.

Se acercó con sigilo, le tapó la boca con una tela que sacó de su bolsillo y las manos y piernas atadas con cuerdas.

Depósito al segundo guardia dormido en los arbustos junto al primer guardia.

Ahora que los dos guardias estaban atados, Axel podría entrar.

Axel se acercó a las grandes puestas, intento abrirlas, pero estas no cedieron.

- Como lo suponía - se dijo Axel volviendo junto los arbustos donde estaban los dos guardias.

Se acercó al segundo guardia y metió la mano en su bolsillo, allí había una endeble lleva de metal.

Se volvió a alejas de los guardias volviendo enfrente de las grandes puertas, metió la cerradura de la llave por el agujero de la cerradura.

- Clak - las grandes puestas de la NASA se abrieron soltando una fuerte oleada de polvo.

Axel entró hacia la penumbra de la habitación que estaba totalmente oscura.

CONTINUARÁ EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO

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