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POV Camila

Que bonitos ojos tienes... Debajo de esas dos cejas... Que bonitos ojos tienes malagueña mía hermosa... Eres linda y hechicera... Eres linda y hechicera... Besar tus labios quisiera... Besar tus labios quisiera...

Camila:_Oye!!! -le grite a uno de mis compañeros, que enseguida me miró con sorpresa- Cantas muy feo y no te sabes la letra de la canción... -le dije mirándolo mal con una de mis manos en la cintura.

Oliver:_A miren pues, si Camilita nos salio productora de musica y además melómana.... -expreso con tono burlesco mientras tomaba su pequeño radio y se iba hacia los baños con el trapeador y el cubo de agua con desinfectante- Ahora uno ni se puede relajar cantando, porque hasta eso te corrigen... -murmuraba escuchandose menos con cada paso que daba.

Que exagerado... Pero de verdad parecía que estaba llorando en vez de cantar, de paso le cambiaba la letra a esa canción tan bonita, como para dañarla de esa manera.

Por cierto me llamo Camila Cabello bienvenidos sean todos a esta loca historia, donde descubro muchas cosas nuevas en mi y al final obtengo lo que todo ser humano quiere... Sentirse feliz y realizado.

Levante mi cabeza mirando la hora en el reloj plateado con formas de botas vaqueras en la pared encima de la barra.

Marcaba justamente la seis de la tarde, en hora y media se abriría al público.

Trabajo haciendo de todo en este modesto club, soy mesera, a veces barman, limpio junto a Oliver y además me encargo de estar pendiente del inventario de bebidas y que no falte nada.

Gregory... el dueño del local, nuestro jefe, apenas y venia... pero no era su culpa, el no podía venir tenia a su padre con cáncer de pulmón y eso absorbía todo su tiempo.

Les describo brevemente como es el local, para que tenga mas claridad respecto a mi lugar de trabajo.

Hay una vieja rockola de los 70, cuatro mesas de billar, veinte mesas de madera cuadradas de cuatro sillas, en la barra habían taburetes acolchados, tragos nacionales e internacionales claro que lo que mas se vendía eran los tarros de cerveza clásica.

En una de las esquinas del local, había un espacio con una especie de tarima donde algunas ocasiones, se presentaban artistas locales y a veces uno que otros artistas forastero.

Todo era de madera y la temática del local por así decirlo era de vaqueros, habían afiches de caballos, sombreros y siluetas de hombres enlazándo toros.

Termine de limpiar las sillas y mesas, mientras veía como se secaba el piso luego de que Oliver lo limpiara.

Vi al barman llegar me regalo una sonrisa mientras iba atrás a nuestra área de descanso a ponerse el uniforme.

Baje las sillas de las mesas y las acomode, me acerque a la rockola y la encendí colocando una canción cualquiera, mire alrededor todo se veía perfecto y limpio.

Aunque para media noche estos estaría lleno de tierra, muchos ruidos de gente hablando y riendo, olor a cigarrillos, vómitos y alcohol.

Hice una mueca recordándome que la semana pasada por unos estúpidos, la policía vino nos cerro el local y nos multaron, aquellos imbéciles acabaron con un par de sillas y además partieron botellas.

Mire al bartender volví a sonreírle, ya salía vestido con el uniforme y comenzaba mezclar algunas bebidas.

Camine hasta nuestro espacio y me estire suspirando, vi nuestro viejo sofá de cuero y me recoste en el.

Suspire de alivio llevaba mas de tres horas limpiando y moviéndome de un lado a otro. Hoy no debía trabajar de mesera, eso lo hacia cuando alguna de las chicas faltaba y el lugar estaba aborrotado.

Noches De Desvelos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora