❈•≪08. Invitación aceptada≫•❈

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—¿Otra vez metiéndote en problemas?

Sobresaltándose, MinGi miró por sobre su hombro izquierdo. De entre la ligera oscuridad de los árboles, se encontraba emergiendo la silueta de San.

Apoyándose contra un árbol, el pelinegro se esforzó por mostrarse indiferente. A pesar de que el lado derecho de su cuerpo se encontrara adolorido.

—No sé de qué estás hablando.

—¿No?— pronunció con falsa sorpresa—. Creo que esos chicos que se fueron eran amigos de Yu.

Evitando comportarse de cualquier forma mínimamente agresiva, MinGi se reprimió hasta que sintió sus zonas maltratadas punzar por el dolor. San lo notó, se encontraba viéndolo de manera fija, después de todo. Pero no hizo más que inclinar su rostro a un lado con levedad, ni siquiera lucía algo curioso.

—Deberías defenderte, ¿sabes?— expresó cuando el silencio comenzó a serle molesto—. Eres un delta.

Sintiendo la textura del árbol del cual se apoyaba, el aludido si antes se imaginó estrellando la cabeza de unos de los chicos que siempre encontraba tiempo para molestarlo. Ahora y después de dejar a un lado la probabilidad de estrellar su propia cabeza allí, tuvo el impulso de hacer lo mencionado pero con San.

Y por la aparente diversión que brillaba en los ojos café del chico, captó el mensaje al instante. Pero otra vez, no pareció inmutarse con el mismo.

—En vez de verme amenazadoramente, deberías considerar seguir mi consejo.

Resoplando con molestia, el moreno buscó enderezar su postura. Aunque le costó.

—No soy alguien violento.

Riéndose, el rubio se encogió de hombros—. ¿Y qué?, ¿prefieres que sigan metiéndose contigo y no hacer nada?

—¿Hablas por la experiencia?

—Recuerdo haberme disculpado.— masculló entre dientes, sorprendido quizás, con su contestación.

—Hay claras diferencias entre una disculpa sincera y una forzada por tus padres.

—El resentimiento te está envenenado, aparte de tus propias feromonas.— advirtió con seques, desviando su mirada. Mientras más se alejaran de temas pasados, mejor para el alfa.

—Nada que no pueda superar.— farfulló con indiferencia, apartándose del árbol.

—Sólo defiéndete, usa tu voz de mando* si no quieres recurrir a golpes. Pero haz algo. Te estás...

—¿Qué tiene que ver esto contigo?— interrumpió tan pronto se puso en marcha a su casa.

—Nada, pero ambos sabemos quién se preocupará excesivamente al verte en ese estado.

MinGi rodó sus ojos ante la ridiculez del alguien, San perfectamente podría haber dicho «HongJoong» en su lugar. Pero al parecer, el chico seguía teniendo un gusto peculiar por el secretismo innecesario. Lo que causó que quisiera rodar sus ojos por segunda vez, pero no lo hizo.

—¿Usaste tu fuerza o voz de mando sobre el alfa que dejó su aroma en ti?

No se molestó en voltearse y observar la expresión en el rostro del alfa que lo seguía, teniendo en cuenta lo espesado que estaba su aroma, se hizo una idea de la misma. Tampoco le interesaba demasiado como para tomarse dicha molestia.

—¿De qué estás hablando?

Resoplando una risa sin gracia, MinGi asintió para sí—. Puedo darme cuenta que tus peculiaridades no cambiaron, ¿por qué fingir y negarlo?— cuestionó sin buscar una respuesta a ello—. El alfa que hay en ti no se romperá ni tu orgullo como uno se hará menos.

Stigma - [MinJoong]Where stories live. Discover now