55. Ruin the friendship

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Los besos comenzaron a esparcirse en toda la cara de Bulma, las lágrimas pararon y ella poso sus brazos que antes estaban agarrados a su ropa, se posaron en los hombros de Goku.

Estaban en la mitad de un campo de entrenamiento, el cielo anochecía y los dos cuerpos empezaban a emanar más calor corporal del que contenían.

Un impulso de Bulma paro al sayan, y se tapó la boca, corrió a su habitación y cerró la puerta con llave. Se sentó en el portal y esta vez no se sintió culpable, la palabra que buscaba en su mente era excitación.

Decidió bañarse para apagar el fuego que la quemaba, ingreso en la regadera pero las fantasías surgían de los muros del baño.

Ella desnuda bajo el agua y el sayan entrando desnudo a bañarse con ella, cerró los ojos y se tocó por primera vez, su vagina estaba húmeda y ella solo quería buscar el orgasmo.

Mientras que en la habitación más lejana, Goku se encontraba con el mismo dilema.

La noche siguió con fantasías para ambos, pero separados por las paredes y los sentimientos encontrados.

Los días consiguientes las cosas siguieron como si no hubiese ocurrido absolutamente nada, pero las miradas entre ellos eran evidentes, los golpes de entrenamiento eran más suaves y parecían un baile sensual que tenían en el aire en vez de un real entrenamiento, un juego de seducción.

Los entrenamientos pasaban, y las despedidas eran frías, estaban solos cada uno en su habitación, sin embargo, el deseo corría como un caudal desbordado, sus orgasmos eran sollozos encerrados en la prisión de sus cuerpos y mente, no podían ser libres, o al menos eso sentían inconscientemente.

No había pasado ni una semana y en una llave de piernas que Goku le aplico a la peliazul, la ira de ella se hizo notar y junto sus manos para fulminarlo.

El sayan la soltó.

- Solo tengo buenas intenciones – se levanto.

Ella se le acerco a él, hasta acorralarlo tras unas rocas.

- Solo eres valiente bajo la luz de la luna – lo besó descaradamente. - ¿por qué no te quedas hasta el amanecer? – ya no aguantaban más, estaban sedientos de amor.

Se besaban apasionadamente pero Goku la paro en seco.

- No puedo hacer esto, lo siento, me siento muy culpable – trato de correrla y ella se acerco a él.

- Prestame atención, es verdad tenemos una historia – lo agarro de la cara – hicimos cosas muy malas, yo abandone a vegeta, tu la mataste – lo beso – pero no podemos negar la química que hay entre nosotros – crucemos esa línea también.

Los besos continuaron y Goku la dio vuelta a Bulma, la hizo agacharse y ella quedo en cuatro, quedando entre las rocas y el la poseyó rápidamente. Sus cuerpos dejaron de ser un misterio y pasaron una mágica noche.

El pene de goku se introdujo en la vulva de Bulma, la energía que emanaban era fantástica y ella gemía, la masturbación no tenía comparación con ese sentimiento saciado de deseo.

La peliazul gemía, mientras el sayan trataba de permanecer estoico al placer que lo corría, duraron poco pero fue lo que esperaban, en cierto punto, el miedo los dominaba, tal vez alguien lo terminaba viendo y eso no era lo que realmente querían, solo acabar con el deseo que los pertubaba.

Se despidieron con un beso y cada cual fue a su habitación. No sintieron culpas, el sexo parecía unirlos y separarlos. Los dos sabían que no debía volver a pasar.

Pero al día siguiente, Bulma se quedó dormida y piccolo, llamo a su puerta.

Ella se levantó apesumbrada y abrió la puerta, el sobresalto fue abrumador a ver al namekusein con su cara de pocos amigos y al verla solo pareció enfurecer de repente.

- Piccolo... ay perdón, se me hizo tarde, no volverá a ocurrir, ya me cambio – le cerro la puerta en la cara pero él detuvo el impacto y entro a la habitación. - ¡Hey! ¿Qué haces?

- ¿Cómo te atreviste?

- ¿Disculpa?

- ¿¡Cómo pudiste acostarte con Goku!?

Bulma no entendía como Piccolo sabía eso y se puso nerviosa, mintió.

- No sé qué estas diciendo Piccolo.

- Yo lo sé, destilas olor a sexo, me pareces patética.

- ¿Perdón?

- ¡Eres una reina pero te comportas como un zorra!

La peliazul le dio una bofetada.

- ¡¡Tú!! ¡Tú a mi no me conoces! He sido rebajada durante mucho tiempo en todos los lados que estado y ahora, ¿tú que a penas me conoce me dice tal insolencia?

El namekusein se rio – Te estado observado, y no puedes correr a los brazos de otro porque simplemente tu corazón esta dañado, debes sanar tu dolor para amar bien, lo que hiciste fue ilusionar a otro sujeto porque no puedes controlar tu instinto sexual y ¿Sabes lo que sucederá? Él se enamorará de ti y tu nunca podrás corresponderle porque sigues obsesionada con Vegeta.

Bulma quedo boquiabierta del análisis y conclusión que tuvo su sensei, pero eso no le parecía suficiente, no con lo que iba a confesarle Piccolo en aquel momento.

- Además... tu estas embarazada de Vegeta ¿No observas tu regla?

La peliazul ya no se acordaba de su última menstruación, es más, creyó que al no venirle en el momento indicado era por el stress, siempre le sucedía.

- ¿Cómo qué estoy embarazada?

- Puedo sentir al pequeño ser que albergas en tu barriga, él es el que te da más fuerza de la que tú tienes.

Bulma se tocó la panza, pero seguía escéptica.

- Aunque no me creas, esa criatura existe, habita dentro de ti, pero no tendrá que ser de Vegeta, lo matarían y más con lo que hiciste, ese bebé pertenecerá a Goku y tú te casarás con él, así se conseguirá la paz.

Un agujero se abrió en el piso y la peliazul fue abducida a la oscuridad de su inconsciente, no podía procesar toda aquella esa nueva información. ¿Embarazada? ¿Un hijo de Vegeta? ¿Mentir acerca de la paternidad de ese bebé? ¿Volver a casarse? ¿Y con goku? Desde que salió de aquel calvario, parecía que ella misma trato siempre de arruinarse, a ella, a su camino, era su propio enemigo y ya no podía volver atrás.

Continuará...

El Harem De VegetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora