Capítulo 35.

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Bajó del auto y contempló unos segundos la casa iluminada por un par de luces en el jardín del frente. Adentro hacía tanto frío como afuera. Volvió a ponerle llave a la puerta, se quitó los zapatos y subió en puntas de pie para no hacer ruido. Se tumbó en la cama boca arriba. Estaba tan agotada que ni siquiera prendió la luz. La única iluminación que dejaba ver algo de la habitación era la luz de la calle que entraba por la ventana. Suspiró y siguió pensando en lo que había dicho Evan.

Dio un giro hacia la derecha, sacó el teléfono del bolso y tipió un mensaje para Gerard.

Lily: Sé que es tarde

Pero estás?

Sostuvo el celular y no parpadeó hasta que debajo del nombre de él apareció el en línea.

Gerard: Sí.

Estaba por acostarme.

Qué pasa?

Sonrió a la pantalla.

Lily: Te puedo llamar?

Gerard: Espera.

Tengo una idea.

Se quedó mirando el teléfono hasta que la pantalla se apagó. Volvió a encenderla y nada. Unos minutos después bostezó, se puso de pie para ir al baño y cambiarse el vestido por el pijama. Volvió a su habitación y volvió a mirar el teléfono. Nada. Se metió en la cama y dejó el aparato sobre la mesa de luz. Ya habían pasado quince minutos desde el mensaje de Gerard. Cerró los ojos y trató de pensar en otra cosa que no fuera nada de lo que había pasado esa noche pero el sonido de un golpe la hizo abrirlos. Se quedó quieta y aguantando la respiración para intentar escuchar otro. Hubo dos más. Venían de la ventana. Se giró con la frazada tapándola hasta la boca. Veía en el suelo una sombra difusa y alargada que ocupaba la mitad de la ventana.

-Lily- escuchó un susurro proveniente de ese lugar.

El corazón se le disparó. Cerró los ojos con fuerza creyendo que se trataba de una pesadilla. Intento pensar en algo más alegre pero al abrirlos seguía la sombra.

-Lily, abre- dijo la voz que no llegaba a reconocer.

Tomó valor y se levantó. Estiró una mano hasta la cortina y al levantarla se dio cuenta que era Gerard, lo que evitó que gritara. Apartó por completo la cortina y abrió la ventana usando toda su fuerza. Se alejó unos pasos dándole el lugar para que él pudiera meterse agarrándose del borde superior de la ventana. Lily abrió la boca pero no dijo nada. Lo abrazó con fuerza, hundiendo la cara en su pecho. Él no entendía nada pero tampoco preguntó. La abrazó y agachó la cabeza intentando mirar su rostro. Entonces observó su pijama que era una camiseta verde desteñida por el paso del tiempo que le quedaba un poco corta y un short de algodón rosa con puntos blancos.

-Lindo pijama.- susurró.

Ella abrió los ojos y recordó lo que tenía puesto. Las mejillas se le recalentaron de vergüenza. Lo soltó y sin levantar la mirada del suelo agarró la bata que estaba colgada detrás de la puerta.

-En verdad era lindo.- comentó en voz muy baja cuando volvió a pararse frente a él. -¿Qué pasó? ¿No ibas a pasar la noche con Evan?

Lo miró extrañada. No recordaba haberle dicho en algún momento que pasaría la noche ahí.

-¿Cómo sabes?

-Tienes una amiga con una lengua muy suelta-

-¿Le preguntaste a Maddi?

-Ella me lo comentó sin querer cuando llegó a casa. Solo le pregunté por qué no te había llevado.

-¿Maddi estuvo en tu casa?- cada vez entendía menos.

Going to Pasalacqua TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora