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Mi sonrisa brillaba más que nunca al igual que mis ojos observando a ese lindo castaño rodeado de chicas que gritaban sin control emocionadas, tanto como yo que lo observaba a lo lejos.
Mordí mi labio nerviosa acercándome con lentitud y sosteniendo mi teléfono entre mis manos temblorosas. Tímida lo mire detalladamente en persona era más lindo que por internet, sus facciones eran tanto como delicadas y masculinas, su nariz era medianamente respingada y lo hacía ver terriblemente tierno ahora que la arrugaba concentrado mientras firmaba unas camiseta, pero lo que más llamaba la atención de su apariencia era ese desordenado cabellos de rulos cafés.
Estaba tan sumergida en mi pensamientos adulando mentalmente al chico, que no me di cuenta cuando alguien paso a mi lado arrasándome con fuerza haciendo que me cayera de rodillas, solté un gemido de dolor al momento, revisando mis manos que se habían raspado por el repentino intento de detener el golpeé en el suelo con ellas. Hice una mueca mirándolas rojas con raspaduras que tentaban a sacar sangre, me levante entre quejas, entonces al fin levante mi mirada llevándome la sorpresa de la vida haciendo que mi corazón diera un vuelco. Tenía a Joshua Bassett frente a mi con una mirada de preocupación.
— Hey ¿estas bien? — preguntó tomando mis manos entre las suyas mirándolas atentas.
— Yo, eh, no, si, increíble — tartamudeé nerviosa mirándolo con mis ojos extremadamente abiertos presa del nerviosismo de estar frente a mi ídolo — yo, eh, soy tu fan, muy fan, amo tu música.
— Oh, genial ¿que tal para compensarte por el golpe nos sacamos una foto? — pregunto mirándome a los ojos con sus orbes avellanas que me hipnotizaron por unos largos segundos asintiendo torpemente busqué mi teléfono por el piso que había caído junto a mi, encontrándolo justamente entre mis pies, lo recogí analizándolo viendo que nada le había pasado. Suspiro aliviada y abro la cámara del teléfono — ¿una selfie?
— Oh, si, si, si no te molesta — hablo en un tono bajo bajando la mirada con timidez.
— Esta bien, dámelo.
Levanto mi mirada sorprendida, pero no reaccionó muy rápido ya que el chico me había arrebatado el teléfono mirándolo por unos segundos, llevó su brazo a mis hombros atrayéndome a él levantando el teléfono para sonreír tiernamente a la cámara, presa por el nerviosismo hice una sonrisa incómoda, luciendo horrible en la foto, pero el miro hacia mi con su sonrisa haciendo que sonriera con un suspiro enamorada involuntaria saliendo de mis labios. Y cuando baja el teléfono con lentitud me separo de él mirando hacia otro lado mordiendo mi labio mirando por el rabillo del ojo cómo observaba el teléfono entretenido, incluso lo presionó un par de veces. Luego de unos segundos me estiro el teléfono nuevamente y con delicadeza lo tomé, el castaño me sonrío retirándose con tranquilidad dejándome con el corazón como loco.
Y cómo un rayo me metí a la galería observando la foto de ambos con una gran sonrisa, era la mejor foto del mundo.
Entonces cuando iba a cerrar todas las ventanas para que mi teléfono no agotara su batería me di cuenta que la aplicación de los contactos estaba abierta, me metí allí y juro que me dio un paro cardíaco al ver un contacto con la misma foto que había tomado hace unos segundos con el chico y un número ingresado.
Oh, mierda.
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