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Después de despegar, tuvieron que pasar unos largos quince minutos para que Jimin al fin comenzara a relajarse. Yoongi había permitido que el omega enterrara las uñas en su antebrazo mientras se tranquilizaba, y había pedido un vaso de agua para él en caso de que de pronto se sintiera desmayar. 

Por suerte, Jimin se distrajo en cuanto atravesaron las nubes y los bonitos colores anaranjados del cielo aparecieron. La tormenta quedó olvidada a kilómetros bajo sus pies. 

—¿Es el primer viaje de tu omega? —preguntó una voz gastada a su lado. 

Yoongi miró a la anciana, notando que los ojos azules se dirigían a Jimin. El omega sorbía por la nariz gracias al casi llanto de hace diez minutos, producto de la velocidad que el avión tomó de repente y la separación de la tierra. Ahora sólo parecía asombrado por la forma de las nubes.

El alfa asintió, silencioso. 

—La primera vez que mi omega tomó un avión ella tuvo que cuidarme a mí —La mujer se rio—. Por suerte fue un viaje tan corto como este. 

Yoongi, con una minúscula sonrisa fugaz, miró la espalda de Jimin otra vez. 

—Él me cuida de otras cosas —murmuró. 

Después de cuarenta minutos, llegaron a Saint Gabriel a las nueve con treinta.

Para ser el primer viaje de Jimin en el aire, no había estado tan mal. Se quejó un buen rato por el dolor de oídos al volver a tierra, pero Yoongi lidió con eso como lidiaba con sus pequeñas quejas de todos los días. Con la paciencia que parecía innata. 

En algún punto Jimin se olvidó del malestar.

—Alfa —exclamó, mientras esperaba a que saliera del taxi—. ¡Está nevando!

Jimin se acomodó el bolso en su hombro y avanzó después de que Yoongi comenzara a caminar a su lado. El tren ya estaba en la estación, por lo que se preocuparon más en alcanzarlo que en hablar. Según lo que le mencionó Yoongi, era el último tren de la tarde.

—Tuve que haber traído más ropa —Jimin se lamentó luego, sentado e inclinado hacia la ventana, mientras Yoongi acomodaba la maleta y los bolsos en los compartimientos superiores—. Ahora quizá termine muriéndome de frío.

No eran tantas las personas en el interior del tren, pero se escuchaban ciertas conversaciones. Algunos se quejaban del clima, otros lo ignoraban. La mayoría simplemente parecía exhausta, ansiosos por llegar a casa luego de un día largo en el trabajo.

A pesar de todo, el ambiente seguía sintiéndose más pacífico que en la gran ciudad.

—Pensé que te gustaba el frío —comentó Yoongi, después de su queja.

—Me gusta, sí. No significa que quiera morir como Jack. 

—¿Referencia de Titanic?

—Y por Jack Torrance. 

El alfa sonrió. —Y Jack frost. 

—¡Nice!

Ambos chocaron palmas. 

—Estará bien con lo que trajiste —Yoongi suspiró—, pero si crees que es demasiado urgente, mañana podemos ir a comprar —sugirió, sentándose frente a él con un resoplido—. Así conoces un poco el lugar.

Jimin sonrió encantado. —¡Sí! 

Sería algo menos de media hora más de viaje hasta llegar a su estación, por lo que Jimin no tardó en acomodarse. Ambos codos sobre la barra al costado de la gran ventana, viendo cómo la nieve dejaba de caer y escuchando con un puchero a Yoongi diciéndole "te lo dije".

Want you to love me || YM ||  ~MilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora