XI (Tercera Parte)

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Nausicaa gritó y se fue sobre su hermana, realizando un corte que Lilith esquivó. Cassandra tomó a la niña en sus brazos y la puso detrás para protegerla si Lilith no podía detener a Nausicaa. Varian retrocedió un paso luego de aquel fiero ataque.
El demonio menor lanzó otro corte y otro corte, Lilith logró tomar la espada y enredarla con su látigo, dio un tirón y mandó a volar a su hermana. La de ojos dorados respiro entrecortado, un roce de aquella arma y ella sería historia.

Nausicaa se puso de pie y se lanzó nuevamente contra Lilith. Una estocada, otra y otra. La mayor era muy rápida para esquivarlas. Su hermana menor se comenzó a impacientar, dio una estocada y cuando Lilith esquivó, Nausicaa le atestó una patada directa que la hizo rodar un par de metros.

Lilith apenas se reponía cuando desde arriba llegó Nausicaa encajando la daga justo donde segundos antes se encontraba la cabeza de su hermana. Si Lilith no fuera tan rápida, ya sería historia.

¡¿POR QUÉ?! ¡¿POR QUÉ LA PREFIERES A ELLA, MALDITA SEA?! ¡¿PORQUE NUNCA NADIE ME ELIJE PRIMERO?!?!

Lanzó un corte al abdomen de la contrincante y ella saltó hacia atrás, solo su ropa resultó dañada.

¡PORQUE A MIS OJOS TU YA NO ERES MI HERMANA! Eres una maldita sádica que siente placer en torturar a los débiles.

-¡¡Oh, pues te aseguro que sentiré mucho placer acabando con tu patética vida!!

La doncella estaba empezando a impacientarse, cada segundo perdido era más horas de vida para el canalla de Luzbel. Nausicaa, enloquecida de rabia, notaba como no tenía mucha oportunidad contra su hermana. Quería acabarla, pero era muy difícil atestarle un golpe. Fue así como sus ojos se desviaron y se encontraron con el grupo de intrusos. La niña, esa era la debilidad de Lilith.

Nausicaa logró colarse pasando a Lilith y en segundos estaba frente a Cassandra que apenas tuvo tiempo de notar lo que pasaba. Atestó un fuerte golpe que la mandó a volar, dejándole el camino libre a la pequeña princesa que no esperaba esos eventos. Varian estaba demasiado lejos para hacer algo, la daga iba bajando camino al cuerpo de la niña.

Sangre brotó, el sonido de carne siendo cortada retumbó en el silencio del lugar. Nausicaa abrió los ojos, viendo perfectamente el rostro de su hermana frente a ella. Lilith había usado su cuerpo de escudo.

¡LILITH! - Laa niña tenía una expresión de puro horror en el rostro.
M-Mi Princesa... ¿S-se encuentra bien?

La sangre brotaba de los labios de la mujer, su herida goteaba hasta el suelo y el impacto había hecho que gotas de sangre cayeran en el rostro de Ariadna. Nausicaa comenzó a reír como una desquiciada. Apretó la daga, lo que hizo a Lilith gritar de dolor. La pequeña princesa estaba en shock.

¡Lo sabía! ¡Sabía que te pondrías enfrente! - Rio fuertemente. - ¡Eres una estúpida! ¡Morir protegiendo a una simple humana! ¡Qué tontería! ¡Te lo mereces! - tomó con fuerza la daga para moverla. - ¡VETE AL INFIERNO!!

Al momento en que intentó mover la daga, algo golpeó su rostro, era pequeño, pero al golpear se estrelló, dejando salir un humo rosado. La mujer retrocedió, soltando el arma y tratando de respirar. Varian había lanzado uno de sus tubos de ensayo, era algo similar al gas pimienta.
Esos segundos, le dieron la oportunidad a Cassandra de intentar darle un golpe a Nausicaa, ahora desarmada debía ser más sencillo. Ambas se alejaron de Lilith y la princesa y aquella mujer se desplomó en el suelo.

La niña, presa de la rabia tomo el arma de su maestra y se lanzó a por ella. Cassandra recibió un golpe directo de la mujer, aterrizando en el suelo un par de metros adelante. Nausicaa vio venir a la pequeña y se burló. Creía que podía con ella, pero olvidó una cosa. Su arma estaba aún en el estómago de su hermana,

Golden PrisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora