26; ❛ FACE REALITY. ❜

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CAPÍTULO VEINTISÉIS;
❛ ENFRENTAR LA REALIDAD. ❜

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Madison no volvió a ver a Betty ni a la mañana siguiente de la noche de la fiesta. No apareció en la habitación para descansar, ni al amanecer para desayunar.
Madison no supo que más hacer. No contestó sus llamadas, ni los mensajes de texto. Y dada la circunstancia, estaba lista para alarmar a sus padres sobre la desaparición repentina.

Sin embargo, cuando bajó a la cocina con la mirada llorosa, y la garganta atascada en sollozos, el teléfono envuelto en sus dedos vibró. Esperanzada, alzó el móvil hasta la altura de sus ojos. Tuvo que parpadear repetidas veces para que las lágrimas se disiparan, y dividizará lo que se redactaba en el mensaje. La respiración en su garganta se atascó cuando leyó el nombre de su hermana en la pantalla, seguido de un correo dónde pedía que se presentará en la sala de El Azul y Oro.

No lo pensó mucho más antes de descender los escalones que le restaban, y arremeter contra la puerta principal para casi correr hasta Riverdale High, sin siquiera haber desayunado. Demasiado preocupada por su hermana para pensar en otra cosa, como ser el alimento más importante del día.

No ocupó más de diez minutos en llegar con la velocidad que tenían sus pies. Se maldijo para sus adentros por el calzado que había escogido para la ocasión. Y entre quejidos adoloridos por el ardor, estuvo empujando la madera de la puerta de la sala donde el periódico escolar se redactaba, a manos de la chica dorada de Riverdale.

Sin embargo, ocupando su lugar, Madison vio a una adolescente de aspecto cansado en su silla. Casi durmiéndose encima del escritorio por la forma en la que su cabeza se caía de su mano, que la sostenía por la sien. Pero no concilió el sueño, cuando la puerta se abrió de golpe. Estuvo de pie en un segundo, el cuerpo temblando mientras esperaba encontrar lo peor del otro lado de la madera pulida. Entonces, Madison Cooper pudo asimilar con sus propios ojos lo rota que Elizabeth Cooper se encontraba.

Temblante, sosteniéndose a sí misma de los estantes para no caer. El rostro adornado de sus ojeras moradas bajo su mirada azulada, de lagrimales rebosantes en gotas. Su labio inferior, listo para gritar por ayuda de haber sido necesario, pero luchando contra los sollozos contenidos.

El Enmascarado consumió todo lo que pudo de ella.

Tras haber cerrado la puerta a su espalda, Madison fue el consuelo de su hermana cuando estrechó su delicado cuerpo alrededor de sus brazos. La indignación por la desaparición sin aviso yéndose de ella cuando la escuchó llorar sobre su hombro mientras sólo se dedicó a acariciar su espalda erguida, acompañando su pesar tanto como pudo.

𝗧𝗛𝗘 𝗟𝗔𝗦𝗧 𝗦𝗨𝗠𝗠𝗘𝗥┃RIVERDALE. Where stories live. Discover now