"Apuestas ver. I"

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SEMIAU! • Primaria, tiempo actual (al manga). Damian: 6 años.
Anya: 4 años.

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Le había ido mal para Lloyd mientras que para Yor bastaba con que pasara el exámen. En efecto, Anya no había ni perdido ni ganado la batalla al intentar conseguir una stella, pero tampoco obtuvo una tronitus. Sus notas eran horriblemente mediocres pese a la ayuda de su padre y porque leyó la mente del niño equivocado.
Pero con el primer exámen, pudo ya tener una idea de a quién leérsela en el futuro.

Segundo.

Eso fue lo que pensó semanas atrás, y ahora que estaban cercanas las parciales se sentía con ánimos renovados y con más confianza. Anya debía leerle la mente al de cabellos oscuros si quería progresar en la misión de su pá.

—Te ves bastante animada, Anya —comentó Becky.

—Ya verás, seré parte del top 10 —balbuceó inmersa en sus pensamientos.

—Si tú lo dices... —susurró la de coletas, tomando su mano y provocando a que Folger se levantara de su asiento— Vayamos al casino, el almuerzo de hoy parece ser bueno —cambió de tema Blackbell. La joven se puso de pie y guardó sus pertenencias antes de irse, pues la vez anterior que dejó desparramada sus cosas acabó perdiendo uno de sus bolígrafos favoritos.

—Lamento interrumpirlas, señorita Folger y Blackbell, pero necesito que usted se dirija al salón de maestros —intervino el profesor Henderson a penas vio que la chica de cabellos rosas salía del salón. Ésta se vio confundida, sino mal recordaba, no había hecho nada problemático estos días... Luego, los ojos del anciano se posaron en Damian y su grupo de compañeros que también se dirigían al comedor—. Necesito que usted también vaya, joven Desmond.

Becky rió para sus adentros.

—¡No he hecho nada! —se quejó Anya asustada— ¿Cierto, Segundo?

—Cálmate —le consoló su amiga, sobando su espalda.

—Oh, no es que haya hecho algo, señorita Folger, sino lo que hará.

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Ambos niños estaban sentados uno al lado del otro en silencio esperando las palabras de Henry.
¿Qué lo que debía comunicar? Ojalá y no fuera un sermón u algo.

—Se aproximan las parciales —inició el adulto, a lo cual ambos niños asintieron ante su pronóstico—. Con todo estos años de profesorado bien sé que hay alumnos que comprenden mejor a sus pares cuando se les explica un tema, por ende, consideré apropiado que la joven Anya y Damian estudiaran juntos después de clases. Si no es mucha molestia, señor Desmond —explicó el adulto. El de cabellera negra se vio tentado a negarse, pero tampoco es como si realmente quisiera, pero consideraba que sería una pérdida de tiempo cuando bien podría volver a casa temprano, pero, ¿A qué costo? Su familia era ausente.

—No, no hay —contestó Damian. ¿Quizás sería este un motivo para obtener otra stella? Se supone que si hacía una buena acción que se considerada apta para ello, se le sería otorgada y es que ayudar a Folger ya era todo un buen acto caritativo de por sí.

Por otro lado, a Anya solo se le cruzaba por la cabeza que la misión de hacerse cercana a Segundo iba de maravillas, por lo que no pudo evitar esconder su sonrisa satisfactoria, misma, que provocó la inquietud de Damian.

—Perfecto, si es así, pueden retirarse.

Cuando ambos chicos salieron de la sala de profesores, Anya seguía manteniendo esa mueca en su rostro, ideando toda la situación posible para que resultase. ¡De seguro Pá estaría tan agradecido con ella que le daría más cachuates como recompensa! ¿O quizás un nuevo peluche? ¡Todo sea por la paz mundial!

Forelsket • Spy x FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora