Capítulo 10

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Maya

Termino mi taza de café en silencio mientras Noah termina de negociar con la productora. Yo prefiero no meterme porque la mayoría del tiempo no entiendo mucho lo que dicen, solo sé que nunca en mi vida había visto tantos dígitos en un cheque y eso solo era el adelanto que me ofrecían. Tampoco había pensado, ni siquiera en sueños que pudiera trabajar haciendo algo que amo tanto. Sin embargo, a mi vida llegaron grandes personas que me han ayudado a llegar hasta aquí.

Nathan James es el representante de Star Records, una de las productoras que se habían acercado a mí interesados en mi música y aunque existían otras, yo tenía mis propias razones para elegir a Star. Además que, hasta el momento, eran quienes me ofrecen el mejor trato.

Veo una sonrisa dibujarse en el rostro de Noah, eso es una buena señal. En cuanto Nathan asiente aceptando nuestras condiciones.

—Nathan espero que este sea el inicio de una larga relación —dice extendiéndole la mano. De inmediato este la acepta y se vuelve a mí.

—Bienvenida a la familia de Star Records, Maya.

—Gracias, Nathan estoy ansiosa por comenzar.



Noah levanta su copa hacia a mí con una gran sonrisa.

—Felicidades, Maya. Es un gran logro para tu carrera —me elogia y, como siempre, no sé cómo reaccionar a ello.

—Gracias. Todo ha sido gracias a tu ayuda.

Niega con la cabeza mientras bebe de su copa.

—Tuviste excelentes maestros en Colburn y en Francia. Y nada que decir del gran talento que tienes.

La mención de Colburn me hace pensar en dos personas con las cuales estoy infinitamente agradecida, Dray y Tom. Ellos lucharon por mí en mi momento más difícil, pero había alguien más con quien la palabra «agredecida» no cubría ni una milésima parte de lo que sentía. Timaeus fue el mejor maestro que pude tener, no solo de música, me enseño cosas de la vida, me ayudó a recuperar la confianza que había perdido, me hizo la mujer que soy ahora.

—Sabes que no soy buena con los elogios.

Él ríe mostrando su perfecta dentadura blanca y sus hoyuelos.

Conocí a Noah en Francia cuando fui gracias a una beca a un curso por seis meses. Él impartía uno de los seminarios y de alguna extraña manera la música nos volvió amigos a pesar de nuestra marcada diferencia de edad. Aunque yo lo siento más como un padre-hija, Noah siempre me discute cuando lo menciono. Antes de que mi estancia en Francia terminara tenía dos caminos por delante quedarme y especializarme la Academia de Música y Arte en París o regresar a Los Ángeles y prepararme en la UCLA por recomendación de Noah. Y aunque París era un lugar de ensueño, pero no me sentía bien allá lejos de todo lo que conocía.

Gracias a la recomendación de Noah y mi desempeño en Francia. La UCLA me ofreció una beca completa para poder culminar mis estudios en música y es en eso en lo que he dedicado todo mi tiempo desde que regresé.

En el último año me había esforzado hasta el cansancio para dar lo mejor de mí. Por recomendación de Noah trabajaba con algunos productores musicales para ganar experiencia y de alguna manera comencé a ganarme algo de nombre en esta industria, hasta el día de hoy.



Noah me deja en la puerta del edificio donde vivo en un pequeño estudio. En cuanto bajo del auto, él baja el vidrio del copiloto y se acerca.

SAGA LUX III | Los colores de TimaeusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora