Capítulo 1: Saludas

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- No sé si es un buen momento para conocerla. - intentó convencer la pelirroja a su acompañante de la propuesta que le había hecho justo antes.

- Vamos, Yuqi. Ya llevamos un tiempo saliendo. Debes empezar a conocer a mis amistades. - le replicó Lucas. - Soyeon es mi mejor amiga y quiero que la conozcas más que a nadie. Además, ya me ha dicho que debes tener su aprobación para salir conmigo.

- No sé en tu país, pero en el mío no se necesita el consentimiento de nadie para tener una relación. Además, vivimos en Australia, por lo que con menos sentido me hace falta su consentimiento. - Yuqi se estaba quedando sin excusas para evitar aquel encuentro.

- Aun así, quiero que la conozcas. - el chico se paró frente a su novia y la miró con ojos de cachorrito. - Por favor, haz esto por mí. - Yuqi nunca había entendido la debilidad que tenía la gente por aquel gesto, pero, como no quería defraudar a su novio, decidió rodar los ojos y aceptar aquello.

- Está bien. Pero, a la primera que no me guste, salgo de allí y no me vuelve a ver nunca más. - Lucas empezó a saltar en el sitio, feliz por la decisión que había tomado su novia. Se levantó de la silla de la cocina en la que se encontraba y caminó hasta la chica para abrazarla y darle un suave beso en los labios.

- Te prometo que te va a caer bien. Soyeon puede tener un exterior rudo, incluso intimidante, pero es un cachito de pan, como un pequeño leoncito. – Lucas se colocó su chaqueta, que se encontraba en el respaldo de la silla. – Mañana paso a por ti para ir a cenar con Soyeon. – le dio un último beso en los labios a la pelirroja antes de irse. – Te quiero. – Yuqi sonrió, viéndolo marchar.

Al día siguiente, como Lucas le había prometido, pasó a recogerla en coche para ir al restaurante en el que cenarían con la mejor amiga de este. Por lo que le iba contando por el camino, Soyeon era amiga de la infancia de Lucas, cuando este se había mudado de pequeño a Corea. Pero, desde que vivía en Melbourne, se veían a cuentagotas, aunque aquello no había implicado que siguieran siendo los mejores amigos. La chica se dedicaba al mundo de los negocios, uno del que Yuqi entendía poco o nada, y se encontraba en Australia intentando cerrar un importante acuerdo, del que Lucas dio más detalles, pero la pelirroja no consiguió procesar.

Debería haber supuesto que el restaurante en el que cenarían sería uno demasiado lujoso, y que jamás se podría permitir ni siquiera si sus libros tuvieran el éxito deseado, cuando empezaron a circular por las calles principales del centro de la ciudad. Aun así, se sorprendió de sobremanera cuando Lucas paró el coche en un restaurante 4 estrellas Michelín y cuando un aparcacoches se quedó con las llaves del vehículo para aparcarlo en el parking subterráneo del local.

- ¿Estás hablando en serio? ¿Vamos a cenar aquí? – preguntó Yuqi, mirando con recelo el lugar al que habían llegado.

- Sabes que yo no soy muy de sitios lujosos, pero Soyeon ha insistido en que fuera aquí porque se lo han recomendado y quería probarlo, ahora que está en la ciudad. – Lucas empezó a caminar hacia el establecimiento, pero Yuqi se había quedado parada en el sitio. – Venga, vamos, no me hagas tener que arrastrarte hasta dentro. 

Ambos entraron al restaurante, decorado de manera acorde a su estatus, y preguntaron al metre por la reserva que había hecho la señorita Jeon. El hombre los acompañó hasta una mesa de tres vacía y les indicó que se sentaran. Yuqi, quien había ocupado la silla de espaldas a la entrada, miró interrogante a su novio.

- Soyeon jamás llega pronto a los sitios, pero siempre lo hace con clase. Dice que ella es como la reina de Genovia: "ella nunca llega tarde, son los demás los que llegan pronto". – Yuqi se tuvo que reír ante aquella referencia.

- Y tienes toda la razón del mundo, los demás, en este caso vosotros dos, habéis llegado pronto. – dijo una voz a espaldas de la pelirroja.

Cuando Yuqi se giró y se levantó, se sorprendió al ver a la chica que tenía delante. No podía ser mucho más mayor que ella, aunque sí que le sacaba algunos centímetros de altura. Tenía la piel ciertamente blanca, pero el cabello largo y rubio hacía que no se le notara tanto. Tenía una mirada de leona, como le había dicho Lucas, pero no de cachorro como había puntualizado él. A Yuqi le parecían más bien de los de una mujer que estaba muy segura de sí misma, sobre todo por la sonrisa que acompañaba aquel rostro que llamó la atención de la pelirroja desde el primer momento en que sus ojos se habían encontrado. Solo Lucas pudo sacar a ambas de su ensimismamiento, aunque él no se diera cuenta de que lo había hecho.

- Bueno, esta vez no hemos tenido que esperar mucho. ¿Cómo estás, Soyeonie? – Lucas abrazó a la más bajita, quien imitó su acción. 

- Es que estaba cerca de aquí, así que tiene truco la cosa. – cuando ambos amigos se separaron, la rubia volvió a mirar a la otra chica que se encontraba con ellos. – ¿Supongo que tú eres Yuqi? Lucas me ha hablado mucho de ti. Encantada de conocerte. – Soyeon extendió su mano hacia la pelirroja, que la estrechó, sin dejar de mirarla a los ojos.

- Así es. Y tú eres Soyeon. Lucas también te ha nombrado mucho.

- Espero que haya sido todo bueno. – la mano que había estado junto a la de Yuqi fue a parar al brazo del chico, golpeándolo en este suavemente.

- Todo bueno, por supuesto. Sabes que nunca podría hablar mal de mi mejor amiga en todo el mundo. – Lucas abrazó a la rubia por los brazos y la atrajo hacia sí mismo brevemente.

- Eso espero. Entonces, ¿nos sentamos a cenar? – preguntó Soyeon, aunque se estaba sentando al mismo momento en la silla que había estado vacía antes de que llegara.

- Por supuesto. – contestó Lucas, sentándose también en la mesa.

Yuqi reconoció, mientras regresaba a casa en el coche de su novio, que aquella cena había sido muy agradable y que Soyeon le había parecido una muy buena chica. Lo que no le había dicho a Lucas es que la chica le había llamado la atención más de lo que podía imaginarse en un primer momento. Tenía unas ideas muy interesantes, por lo que le había dado tiempo a descubrir en las dos horas que había durado la cena. Pero, lo más importante era que Yuqi quería conocer más a Soyeon. Se había quedado con la sensación de que la chica era mucho más interesante de lo que se veía a primera vista y quería saber más de ella. Quería ser su amiga. Lo que no sabía en aquel momento era que había conocido a alguien que le rompería todos sus esquemas para siempre. 

Hasta que llegaste tú - YUYEONWhere stories live. Discover now