Capítulo 3: Hablas

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A pesar de que Yuqi se había dado cuenta de que Soyeon era, cuanto menos, una persona completamente diferente a ella, aquello no impidió que pudieran mantener conversaciones a través de mensajes bastante normales. Como si de dos amigas de toda la vida se tratase. A la pelirroja le gustaba hablar con ella porque le daba la sensación de que no tenía fin en cuanto a sus temas de conversación, cosa que no le había pasado con anteriores amistades. Además, el hecho de que vinieran de culturas distintas y se hubieran criado, aparentemente, de manera distinta, hacía que le interesara conocer a alguien así.

Por ello, cuando la invitó a una fiesta literaria a pocos días de volver de su país, se quedó pasmada. No por el hecho de qué era a lo que asistirán, dado que ya le había contado de su profesión y su amor por los libros, sino por el hecho de que a ella también le pudiera interesar algo así. Y se lo hizo saber nada más verse.

- No sabía que alguien que vive del mundo de las finanzas y los negocios podía tener tiempo para más cosas que eso. - le dijo Yuqi, después de que se hubieran cansado de dar vueltas por los diferentes puestos y empezaran a caminar sin un rumbo fijo por el parque en el que se encontraban.

- Pues la verdad es que, cuando era más joven, me encantaba escribir. Mi madre decía que tenía demasiada imaginación, aunque no como un cumplido. Ella pensaba que crear historias me separaba demasiado de la realidad y que así jamás iba a cuadrar dentro de la sociedad. Y eso no podía molestarla más. - Soyeon comprobó que Yuqi la escuchaba y prosiguió con su relato. - Mi madre es probablemente una de las personas más estrictas que puedas conocer. No tiene ningún interés por caer bien, más que si le interesa porque la puede colocar en buena posición frente a los demás. Supongo que el tener dinero la hizo ser así, porque mi padre me ha contado que, cuando se conocieron, era una persona encantadora. Aunque no sé si es precisamente por quién era mi padre el que actuase así. La verdad, es que nunca lo sabré porque no le gusta hablar del tema.

- Vaya. Definitivamente, creo que tu madre sería demasiado mujer para mí. Creo que nos pelearíamos hablando de cualquier tema. - la pelirroja río, mientras Soyeon simplemente sonrió, pensando en la situación.

- Me la puedo imaginar y sí, acabarías gritándoos. Mejor nunca conozcas a mi madre. - y entonces sí rieron despreocupadamente.

- En fin. No te he preguntado por tu boda. Porque supongo que vuelves a Corea para empezar con los preparativos.

- Mi madre, como puedes imaginarte, para la boda de su hija quiere la mayor celebración que se ha visto en Seúl en años. Ha invitado a la plana mayor de toda la ciudad. Viendo el listado de invitados, creo que conozco sólo a un cinco por ciento si llega. Sinceramente, creo que o se ha vuelto completamente majara o ya lo estaba.

- Pero ¿quién paga por la boda?

- Mi padre y el padre de Kun, menos mal. Si yo me tengo que hacer cargo de todo eso, te juro que me arruino. No gano lo suficiente, por mucho que me dedique a viajar por el mundo. Casi la mayoría de las cosas que hago en el extranjero me las paga la empresa porque está relacionado con ella.

- ¿Cómo lo del club de tenis? - aquello hizo reír a Soyeon. Yuqi había notado que la rubia se estaba medio enfadando con el tema de su madre, por lo que la pelirroja prefirió cambiar de tema, aunque aún no tenía claro cómo.

- Eso también fue cosa de la empresa. Pero el que también es miembro de ese club es tu novio. ¿No te lo había contado? - Yuqi negó, extrañada.

- La verdad es que no. Pensaba que había sido idea tuya lo del partido. - la pelirroja no entendía aquello. ¿Por qué Lucas no le había dicho nada?

- Y es cierto. Yo fui la que propuso que jugáramos, pero porque sabía que Lucas era parte del club. Sus padres son miembros honoríficos también. ¿Has tenido tiempo de conocerlos? Son muchísimo más majos que mis padres. Ojalá me adoptasen. - Yuqi volvió a mirar al suelo. Era extraña aquella situación pues, a pesar de que llevaban saliendo alrededor de cinco meses, el chico no le había presentado a sus padres, cuando Lucas había comido con los suyos solo dos meses después de empezar su relación. ¿Cómo se daba cuenta solo cuando se lo había dicho Soyeon?

- No. No he tenido aún la oportunidad. La verdad es que ni siquiera había caído el ello. - Soyeon notó su incomodidad y volvió a cambiar de tema.

- Bueno, háblame de tu libro. ¿De qué va? ¿Qué género es? ¿Cuándo lo puedo comprar? - Yuqi sonrió ante aquello y le empezó a narrar todo lo que tenía hasta entonces con su novela.

El resto de la tarde la pasaron hablando de libros y sin volver a tocar los temas sensibles para ninguna de las dos. Cuando ya se hacía de noche, pasaron por un puesto de comida para llevar, que pagó Soyeon a pesar de la insistencia de Yuqi que no quería que lo hiciera. Después de cenar tranquilamente por la calle, tomaron un taxi que llevó a ambas hasta la casa de la pelirroja.

- Bueno. Espero verte muy pronto. Tengo aún cosas pendientes por aquí, por lo que pretendo regresar de Corea lo más pronto posible. Así que, en cuando esté de vuelta, te prometo que quedamos. Y mucha suerte con el libro. - Soyeon la abrazó, cosa que sorprendió a Yuqi, pero se acabó dejando hacer. Se despidieron con una última sonrisa y la pelirroja bajó del coche.

A pesar de ser algo tarde, se encontró a su hermana despierta en la habitación de al lado, por lo que pasó a saludarla.

- Buenas noches. Menudas horas son para llegar. ¿Lucas te ha tenido entretenida hasta ahora? Tendré que hablar seriamente con él. - bromeó Shuhua con ella.

- Pues no. He salido con Soyeon, su mejor amiga. - la morena abrió los ojos como platos.

- Vaya, qué raro. Como te he visto sonreír como una tonta cuando has bajado del taxi, he asumido que era él.

- Te has equivocado. Pero yo no he sonreído como una tonta. - la pelirroja frunció el ceño.

- Eso lo dirás tú, pero yo lo he visto todo y sí estabas sonriendo. Supongo que debe ser una gran amiga. - Yuqi sonrió inconscientemente.

- Lo es. - Shuhua la miró raro.

- Ya veo. - se encogió de hombros y cerró el portátil. - En fin, será mejor que me vaya a dormir. Y tú deberías hacer lo mismo, Yuqi.

- Así lo haré. Descansa, pitufa. - le dio un beso en la frente y entró en su cuarto.

Una vez metida en la cama, Yuqi se quedó dormida pensando en las palabras de su hermana. ¿De verdad había puesto cara de tonta con Soyeon? 

Hasta que llegaste tú - YUYEONTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang