Capítulo XIV

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Advertencia: escenas algo intensas así que si no es tu agrado evita leerla.

Había pasado dos semanas desde esa noche en la que todo cambió para el lobo y el humano. Era como si todo el odio y tristeza se hubiera borrado en segundos. Todo era felicidad para ambos y aunque eran tiernos podían ser algo molestos. Cada vez que se veían no podían evitar darse un beso, abrazarse o hacerse mimos. Además, habían comenzado a dormir juntos y eso es lo que volvía loco a Derek.

Despertarse y ver a Stiles a su lado era más que placentero. Algunos decían que quizás iban muy rápido, pero después de tanto años no querían desperdiciar ningún segundo. Sin embargo, aún no había oficializado ninguna relación.

Benji había entendido la situación pues hasta el sabía claramente que Stiles estaba enamorado de Derek, era más que obvio. Le dolía demasiado pues se había visualizado un futuro al lado del ojimiel, pero debía aceptar la derrota. Eso no lo alejó de la manada pues luego de pensarlo muy bien tanto Scott como Talia aceptaron que se uniera a ellos.

El verdadero problema era Carmine pues el alfa no aceptaba que había perdido a Stiles. Estaba dispuesto a jugársela por él sin importar que tuviera que arrebatarselo a Derek Hale. Esto le molestaba demasiado al lobo, pero Stiles siempre encontraba la manera de hacerlo sonreír.

- Es que no entiendo porque tuviste que aceptar ir cenar con él.

- Ya te dije Carmine y yo somos amigos al final de cuentas. Además quiero conocer a su hijo, él no tiene culpa de nada.

- Pero estarán solos y sé muy bien que Carmine intentará algo.

- Pudiste acompañarme, pero luego de lo que pasó en el baile creo que no es muy buena idea que ustedes dos estén juntos en una misma habitación. Mira como te quedó el ojo. - acarició el rostro del lobo. La noche del baile justo después de que Derek le dijera que lo amaba este iba a besarlo, pero Carmine apareció furioso para interponerse. Eso enfado a Derek y desencadenó una pelea entre el alfa y el beta.

- Me encanta cuando haces eso. - dijo mientras aprisionaba los labios del menor.

- ¿Qué cosa? - preguntó inocente.

- No te hagas el inocente Stiles. Haces eso para provocarme y sabes que cuando empiezo no puedo detenerme.- cargó al castaño y lo arrinconó contra la pared.

- Y ¿quién dijo que quería que te detuvieras?- le contestó con tono perverso.

- Conste qué te lo advertí Sti.

- Hazme lo que quieras. - amaba cuando Stiles se ponía así. Habían  tenido varias oportunidades para dejarse llevar por la pasión que había entre los dos, pero siempre que estaban a punto de lograrlo alguien los interrumpía. No podía hacerse mucho en una casa llena de lobos que detectaban todo. Sin embargo, ese día no había nadie en la mansión que los interrumpiera.

Derek devoraba con gula los labios de Stiles mientras que el castaño pasaba su luenga sobre los labios del lobo pidiendo permiso para poder entrar. Amaba cuando Stiles decidía tomar la iniciativa. Se movieron a la cama y Derek le quitó la camisa que llevaba puesta. Besó el cuello de Stiles y comenzó a bajar hasta llegar a su pesones, esa era la debilidad del chico. Jugaba con ellos mientras que el chico gemía de placer, pero eso no era suficiente pues ambos querían más. El lobo se deshizo de toda su ropa y comenzó a desvestir al pequeño Stiles deleitandose con cada parte de su cuerpo tan perfecto.

- Ya te he dicho que me encanta tenerte así tan sumiso, tan mío. - volvió a besarlo apasionadamente.

- Hazlo ahora Derek.

- ¿Hablas en serio?

- Hazlo antes de que me arrepienta.

- A tu órdenes. - le dio un último beso y lo desistió por completo. Se deshizo de su ropa interior y sacó algunos condones junto algo de lubricante. Sabía que debía preparar al menor antes de que empezará con la penetracion. Aplicó un poco de lubricante e introdujo un dedo.

- ¡OH DIOS!

- Debo prepárate antes, pero si esto te gusta imagina como será después. - Stiles se mordía el labio inferior tratando de ahogar sus gemidos. - Gime para mí Stiles, gime, no te contengas. - el castaño obedeció. Sus gemidos podían escucharse por toda la mansión. Los dedos de Derek fueron aumentando y sin darse cuanta ya tenía tres adentro suyo. - Ahora voy a entrar ¿de acuerdo?

- Maldita sea, solo hazlo.

- Calmate fiera. - Derek se colocó el preservativo y comenzó a alinear su pene con la entrada de Stiles, pero justo antes de que pudiera hacerlo la puerta de la mansión comenzó a ser golpeada.

- Debe ser el chófer de Carmine. - dijo Styles levantándose de la cama.

- Oh no, no puedes dejarme así Sti. - señaló a su erección.

- Perdona, prometo compensartelo. - le dio un beso en los labios mientras se vestía rápido.

- No vayas por favor. - le suplicó el lobo mientras lo abrazaba por detrás y comenzaba a besar su cuello de nuevo.

- Mira si me dejas ir prometo que la próxima vez haré lo que me pidas sin importar lo que sea.

- Es muy tentador.

- Aceptas o no porque la oferta terminará pronto.

- Esta bien acepto.

- Te veo luego. - le dio un corto beso antes de marcharse.

- La próxima vez no podras escaparte Stiles, te rompere ese hermoso trasero que tienes.

- Lo esparé con ansias. - le respondió desde las escaleras.

- Bueno, necesitaré de una ducha fría. - dijo Derek dirigiéndose al baño para tomar una ducha. Sin embargo, tenía una sonrisa enorme en el rostro pues había dejado su aroma en Stiles sin que éste se diera cuenta. Además el castaño olía a exitación y deseo.

- Carmine se llevará una gran sorpresa. - dijo Derek mientras reía.

Un príncipe peligrosoWhere stories live. Discover now