𝐎𝐓𝐑𝐀 𝐏𝐀𝐑𝐓𝐄 𝐃𝐄 𝐓𝐈 (𝖫𝗎𝗂𝗆𝖾𝗅𝗂𝖺)

Capítulo 30. La playa

Me levantó de los muslos mientras con sus uñas empezaba a clavarlas en mí.

Sentí una corriente pasar por todo mi cuerpo, el dolor se había vuelto una costumbre en mí, y muy lejos de sentir molestia, empezaba a gustarme cada día más

Me tenía sobre la cama rozando en mí. Había unido nuestros centros exactamente y ella se movía rápidamente sobre mí. Tenía sus dos manos sobre mi cabello y lo jalaba con fuerza

- Ah... si, sigue, más – Le decía aferrando mis uñas en sus piernas

- Sé que te encanta que te lo haga así – Me dijo acercándose a mi oreja y mordiéndomela

Hacia más presión sobre mi cabello, cada vez más fuerte. El dolor se mezclaba con lo que sentía y me excitaba cada vez más

- ¿Quieres más? – Me decía mientras pasaba sus uñas sobre mi brazo y me las clavaba

El dolor se identificó muchísimo más. En este punto nunca le había pedido más, pero lo necesitaba

- Si... más, ¡más! – Dije finalmente confesando lo que quería

- He estado esperando este momento – Dijo y me tomó del cuello con una de sus manos mientras que con la otra agarraba mi pierna intensificando sus movimientos

- Eres mía – Dijo haciendo más presión sobre mi cuello

- Jode... si, si... – Estaba a punto de llegar y el poco aire que me quedaba me estaba nublando la vista

Nuestros cuerpos se movían cada vez más rápido.

Me conoce, y sabe cuándo estoy a punto de llegar.

Apretó muchísimo más fuerte mi cuello dejándome sin completa respiración

- A... – Agarré las sábanas con fuerza

El orgasmo llegó a mí como una bomba en todo mi sistema, y el grito ahogado que emití se mezcló con la sensación de no poder respirar llevándome a otro nivel

Perdí la conciencia

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Regresé luego de hacer unas compras, al entrar a casa escuché la voz de Carolina gritando. La puerta de la habitación estaba entre abierta y miraba sin que se hayan dado cuenta de mi presencia

- ¡¿Qué mierda esperas con ella?!

- No estoy para discusiones Carolina

- No me digas que te has encariñado, ¿me estás jodiendo?

Escuché un enorme silencio

- Te... te has enamorado de ella – La risa de Carolina se escuchó fuertemente – No lo puedo creer, después de todo lo que te he contado

- Ella no me está engañando, deja de meterme estas ideas estúpidas en la cabeza

- Amelia podrá parecerte adorable y sé que así te encantan, pero también sé que estás desesperada porque te tomé así

Pude ver por el pequeño espacio de la puerta abierta como Carolina la había tomado del cuello. Me puse en alerta y quise correr a protegerla, pero quedé impactada al ver como en su rostro empezó a hacer una mueca de excitación.

- Yo sé cómo hacerte correr en menos de lo que esperas – Los celos se apoderaron de mí, apreté los puños con fuerza cuando vi como acercaba su boca a la suya