ii. bipolar

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Regulus y Agnes se encontraban en el jardín de la Mansión Malfoy tomando el té. Obviamente antes de que Regulus apareciera Lucius había tenido una charla con ella sobre cómo debía comportarse que finalizó con él diciendo:

No lo arruines, Agnes. Por una vez en tu vida no lo arruines.

Desde que Abraxas Malfoy falleció Lucius había tomado el rol de "padre" para ella, lo cual no le gustaba. Prefería mil veces a su hermano egocéntrico que al que tenía ahora. Ni siquiera Abraxas había sido tan controlador como lo era Lucius. Quizá era porque su papá no parecía tenerla mucho en cuenta sólo por el hecho de ser mujer. Abraxas dedicó la mayor parte de su energía en su heredero tanto que ni siquiera se molestó en buscarle un prometido. Así que no entendía por qué Lucius buscaba estaba encaprichado con que se casará. Él sería quien seguiría manteniendo el legado Malfoy así que no era necesario que ella tuviera descendencia.

—Tengo una enfermedad muggle—dijo Agnes de la nada haciendo que Regulus dejará su taza en la mesa.

—Y adivino. Se contagia a través de las relaciones sexuales—terminó por ella—. Al menos podrías usar nuevas mentiras conmigo.

La rubia abrió la boca sorprendida. No esperaba que él supiera con exactitud las mentiras que decía. Suponía que sus antiguos prometidos no las divulgaron porque si no entonces hubiese tenido tantos compromisos. La otra opción que le quedaba era que Sirius le hubiera contado todo a Regulus después de se anunciará su compromiso. Pero Sirius no iba a traicionarla ¿Cierto? Tampoco es como si él fuera unido con Regulus. No tenía sentido.

—¿Cuáles sabes?—preguntó mirándolo con molestia.

—Si te digo pierde la gracia—se limitó a decir el chico.

Agnes se contuvo para no arrojarle las galletas que les hicieron los elfos con mucho amor. Normalmente cuando venían sus antiguos prometidos les pedía que hicieran las galletas más feas. Pero se trataba de Regulus y no quería que terminará perdiendo un diente por lo duras que eran las galletas. Podía no gustarle la idea de estar comprometida con él aún así seguía siendo su amigo como para arruinar su perfecta sonrisa o intoxicarlo.

—Tengo un amante—dijo decidiendo ir por otro rumbo.

—Ya me lo dijiste. 

—Pero está vez hablo en serio, Reg—aseguró tomándole sus manos por arriba de la mesa—. Te lo digo porque eres mi amigo. Rompe el compromiso para evitarte la vergüenza que te deje en el altar.

Pensó que Regulus se echaría hacia atrás con ella. A nadie le gustaría sufrir ese tipo de humillación pública sobre todo si hablamos de perteneciente al círculo sangre pura. Nunca dejarían de hablar sobre eso porque una vez que cometes un error todos parecían recordarlo como siempre. Agnes podía imaginar a todo el mundo diciendo que desde el principio se habían dado cuenta que los Black se equivocaron al escogerla a ella como nuera. 

—¿Es sangre pura? 

—Es hijo de muggles.

—¿De qué casa es?

—Hufflepuff.

—¿Cómo se llama?

—Tom.

—¿Estas usando la historia de Andrómeda?—preguntó Black y sonrió al notar como por un segundo la seguridad de la rubia desapareció.

—No.

La verdad no se había dado cuenta que estaba usando la historia de Andrómeda Black hasta que Regulus se lo remarcó. Fue totalmente inconsciente.

 —Agnes, te estás olvidando que te conozco y sé cuando mintiendo.

La joven tomó una de las galletas del plato y se la metió en la boca al chico para no escucharlo hablar más. Le molestaba porque sabía que tenía razón. Claro que no podía engañar tan fácil a Regulus si se conocían desde pequeños. Además que él era inteligente así que sus simples mentiras no iban a tener el mismo efecto como con Parkinson. 

LIES ✧ REGULUS BLACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora