2. xxiv. all it'll be okay

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TODO ESTARÁ BIEN

VENUS NO DURMIÓ EN TODA LA NOCHE

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VENUS NO DURMIÓ EN TODA LA NOCHE. TAMPOCO LO HIZO DURANTE LAS NOCHES SIGUIENTES EN LAS CUALES SE NEGÓ ABANDONAR LA CAMA DE DRACO.

Los brazos del rubio eran realmente cómodos, y parecía ser el único que conseguía calmarla.

Liz estaba preocupada por su amiga, casi no hablaba y cuando lo hacía era por monosílabos. Había intentado hablar con ella, pero lo único que conseguía era un encogimiento de hombros por su parte.

Draco tampoco parecía de mejor humor, se lo pasaba refunfuñando y murmurando todo el rato, y lo que más extrañaba a la chica, no quería que nadie se acercará a Venus.

La rubia ya ni siquiera hablaba con Ron o Harry, los cuales no entendían el extraño comportamiento de su amiga. Habían hablado con Liz, incluso con Blaise, esperando encontrar una explicación coherente, pero ni ellos sabían qué ocurría por la cabeza de Venus.

No fue hasta la décima noche que Venus no acudió a la cena que Liz, Pansy, Theo y Blaise la abordaron. En realidad, no fue complicado, la muchacha se encontraba sentada frente al fuego en la Sala Común leyendo un libro.

Era el que Remus le había regalado por su cumpleaños a principios de verano, le había pertenecido a su amiga Nicole, y Remus le tenía mucho cariño.

Venus se había leído ese libro muchas veces a lo largo de aquel año, pero hasta ese día no lo empezó a ver con otros ojos. Leyéndolo con tanto cariño como Remus lo solía hacer.

—Venus —la nombrada alzó la mirada.

—¿Sí? —su tono de voz era grave como si no hubiera hablado mucho durante esos días.

—¿Eso es lo único que piensas decir? —espetó Liz enfadada.

—¿Y qué es lo que exactamente quieres que os diga? —una Liz furiosa y una Venus de mal humor no era una buena combinación.

—No sé, tal vez algo tipo: perdón por haber estado evitándoos toda la semana —dijo exaltada.

—No tengo que pedir perdón por nada, Liz —dijo Venus levantándose y soltando el libro en el sofá—. Quizás si no te hubieras comportado como una niña pequeña te habrías dado cuenta de que no tengo ganas de hablar con nadie.

—Al parecer con el único que tienes ganas de estar es con Draco —dijo dolida.

—Por lo menos él no hace preguntas estúpidas —siseó entre dientes.

Theo frenó a Liz cuando estaba a punto de volver hablar, seguramente iba a decir algo de lo que más tarde se arrepentiría.

—Solo queremos saber si estás bien, Venus —hablo con voz suave.

DEMONS, draco malfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora