Undecim

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Me sobresalto del asusto y me escondo detrás de TaeHyung, por mi parte todavía sigo desnuda y su cuerpo es el que me cubre

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Me sobresalto del asusto y me escondo detrás de TaeHyung, por mi parte todavía sigo desnuda y su cuerpo es el que me cubre.

Lo siento tensarse y le tiro la remera para que me mire, él baja sus ojos a los míos y veo preocupación en estos.

—¿Qué quieres?—él tono brusco que usa TaeHyung me hace ponerme incómoda y la angustia me abruma.

—¿Cómo qué quiero? ¡Una puta explicación de qué es esto quiero!—su voz sale furiosa y no titubea a la hora de expresarse.

—JiMin...—Tae lo llama pero él nombrado hace caso omiso y sigue hablando.

—Tú sabes perfectamente porque estoy diciendo esto, gilipollas, no te la puedes follar pero ya que, ya lo hiciste, eres un jodido imbécil—él aludido frunce el ceño y se da la vuelta con cuidado de que no se me vea nada.

—Jeon me la suda, Park, no voy a prohibirme de estar con alguien por un capricho de él, que te quede claro a ti y a JungKook.

Sé perfectamente de que tema están hablando y la culpa me sacude, lo que hice estuvo moralmente mal, pero, ¿quién me puede juzgar? Todos comentemos errores, y yo sé que lo mío fue un error.

—Vale, no pienses que te voy a defender de esta, Kim, tú solito la jodiste, tú solito lo solucionas—se dio media vuelta y se fue del lugar dando un portazo.

TaeHyung se da la vuelta y me observa completamente serio, su ceño sigue fruncido y su mirada no se posa en mi sino en otro objeto detrás de nosotros.

—Tae—susurro lentamente con miedo por su reacción, sé que está enojado y no quiero empeorarlo.

Hace un sonido positivo con su garganta y sigo hablando.

—Yo... sé del tema que hablaban tú y JiMin—bajo mi vista pero él con sus dedos me levanta la barbilla.

—¿Qué es lo que sabes, Su?—su intensa mirada me marea un poco pero la sostengo.

—JungKook me contó cosas referente a ustedes dos—hace una mueca y su mano coge mi mandíbula para tener poder sobre mí.

—¿Y qué mierda te dijo él?

—Y-yo... no me dijo nada malo si eso estás pensando—me apresuro a decir para no generar malentendidos. Él asiente y retira su mano de mi rostro pero no se aleja de mí.

—¿Puedes vestirte? El tenerte así me tienta a follarte otra vez pero no quiero que otra persona venga a interrumpir—sus labios se dirigen a mi oído—prefiero follarte todo el día en mi casa—ronroneó mientras mordía suavemente el lóbulo de mi oreja.

Prohibitorum-K.TH +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora