Capítulo 9 - Reencuentro; primera parte.

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Con el paso de las lecciones y experiencia obtenida en las distintas Cacerías Nocturnas, Lan SiZhui se convirtió en un excelente y asertivo Líder de Equipo. A los diecisiete años comenzó a liderar por completo a su equipo, ya que si bien antes lo hacía a gran escala aún tenía a Hanguang-Jun a su lado para ayudarle si era necesario, como aquella vez en la que salió herido y su padre invocó a Bichen para protegerlo.

No obstante ahora el Segundo Jade, aunque todavía los acompañaba a la zona de caza, ya no iba con ellos hasta el lugar. Se quedaba con otros discípulos o en la terraza de su habitación dada y aparecía sólo si la señal de la secta Lan se alzaba brillante en el cielo, pero si no, entonces los juniors se las arreglaban solos. Y, sinceramente, lo hacían muy bien teniendo a Lan SiZhui como líder y a Lan JingYi como segundo al mando.

En esa ocasión su presencia había sido solicitada en la Villa Mo. Según habían informado una gran cantidad de cadáveres caminantes aparecieron en la región. No lastimaba a nadie pero por las noches el número crecía y con ello la pestilencia vomitiva de los cuerpos descompuestos. Así que enviaron una solicitud a la Secta Lan rogando ayuda para deshacerse de ellos y poder seguir con la tranquila convivencia de la ciudad.

Este tipo de situación era algo que pasaba muy a menudo en los últimos años: aparecían cadáveres caminantes, iban, se deshacían de ellos y en el proceso aprendían. Se podía decir que ya era algo «común».

Los juniors, junto al Segundo Jade, se instalaron en una posada que quedaba a una hora de distancia del lugar. Prepararon todos sus instrumentos musicales, sus espadas, las señales de auxilio en caso de necesitarlas y una vez listos le hicieron saber a su Maestro que marcharían de inmediato. Este último les respondió con un simple «Mn» aprobatorio antes de que montaran sobre sus espadas y se perdieran en el horizonte.

Cuando llegaron al lugar y aterrizaron afuera, frente a la puerta principal de la Villa Mo, no se esperaron nunca la gran muchedumbre que se amontonaba adentro. En cuanto los vieron llegar los murmullos emocionados empezaron. No era como si no les hubiera sucedido ya en muchas ocasiones, es solo que, no podían acostumbrarse a eso.

Formados en dos filas perfectamente alineadas, Lan SiZhui y Lan JingYi lideraron al equipo hacia adentro cuando un sirviente llegó a recibirlos y llevarlos al salón principal de la villa. Por alguna razón, cuando entraron y vieron a los amos de la residencia Lan SiZhui se sintió un poco incómodo con su presencia y aspecto, después se regañó a sí mismo por atreverse a juzgar a alguien sin conocerlo.

—Cultivador...—la voz de la mujer que estaba sentada en la silla más elevada se oía cargada de orgullo y a su vez de cautela y una amabilidad exagerada al hablar.

—Ama Mo —Lan SiZhui devolvió el saludo cordialmente e hizo una pequeña reverencia en su honor, misma que fue imitada por los demás juniors.

—Por favor, tomen asiento —señaló a palma abierta una serie de lugares dispuestos para ellos.

La sonrisa que la ama Mo les daba parecía estar congelada en su rostro, a tal punto que Lan JingYi llegó a pensar que, cuando se fueran, los cachetes gordos terminarían doliéndole por el esfuerzo, más aún porque parecía que la mujer no sonreía, nunca.

Lan SiZhui agradeció la hospitalidad pero denegó, se mantuvo de pie todo el tiempo junto a sus compañeros. Aunque ya tenían cierta conciencia de lo que sucedía en la villa estaba por preguntar por más información, aunque no fue necesario, la ama Mo comenzó a contarle:

—Desde hace un tiempo esos cadáveres andan rondando, cultivador. No nos hemos podido deshacer de ellos, como ve nosotros no cultivamos por eso solicitamos apoyo de una secta tan prestigiada como la suya —la amabilidad y humildad forzada en sus palabras tenía a todos callados y uno que otro murmullo se escuchó cuando alguien comentó por lo bajito que, otra de las razones para llamar al Clan Lan era porque el Clan Jin ya los había humillado lo suficiente como para seguir perdiendo cara pidiendo ayuda.

Recuerdos impregnados del primer amor | v.1 | Lan MeiLingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora