Capítulo 26.

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6 días. 6 días han pasado en los que no he sabido nada de Emily y aún cuando me he esforzado en conocer su estado de salud, ella no se ha dignado a hacérmelo saber.

He enviado millones de notas y solo una ha sido contestada, por Atelmoff.
Básicamente decía que Emily estaba bien y que el golpe no fue excesivamente grave, por lo que no debía preocupare.

Me siento como un idiota al hacer todo esto por ella. Jamás me he preocupado por el bienestar de alguien y cuando lo hago es así como me lo agradecen.
Y como si eso no fuese suficiente para mí voluble carácter, debo viajar hasta Grencock por un estúpido anuncio que Sigourney quiere hacer en su reino.

- No volveré a hablar de ella. - Le digo a Francis mientras termino de desayunar.

- Bueno, ahora esta hablando de ella. - Contesta sin mirarme.

- Solo hablo de ella para decirte que no la volveré a mencionar. - Reitero molesto. - Ella no valora mi esfuerzo así que no lo haré más.

- De acuerdo. - Dice sin más. - Suerte con eso.

- La suerte no existe. - Replico, recordando mi ideal.

- Esta bien. - Se limita a contestar. - Espero esta vez no regreses con las manos hechas un desastre.

- Puedo prometerlo. Me mantendré alejado de Emily Malhore.

Me levanto del comedor y voy hasta la pista de despegue para el traslado insufrible hasta territorio indeseado.

El viaje es largo y poco placentero. Espero no tener que cruzarme con Gretta pues ver a Sigourney es más que suficiente para mi castigo matutino.

Al llegar al confinado lugar nos trasladamos de inmediato a una plaza abierta que contiene un pequeño escenario tan modesto como incómodo.

Sigourney ya se encuentra en el sitio con sus faustosas prendas, a punto de dirigirse al pueblo atiborrado en la inmediaciones de la plaza.

No nos dirigimos la palabra por lo me mantengo a un lado, rodeado de mi grupo de guardias más cercano para observar sus heridas en silencio.

Es evidente lo golpeado que está, aunque puedo apostar que ya ha mejorado mucho. Sin embargo, su rostro es como una pintura rupestre. Líneas, manchas, golpes y marcas inidentificables hay por doquier.

Mientras lo observo, el ruido de unas pisadas aproximándose llegan a mí desde la derecha. Se trata de la comitiva Denavritz.

De inmediato me concentro en la mujer de vestido turquesa lleno de flores y mariposas que esta detrás de todos.
Se acerca con cautela, manteniendo la mirada fija en Sigourney, mostrando preocupación o sorpresa al ver el estado de las heridas del cincuentón, pero yo opto por fijarme en las suyas.

A simple vista parece que en su piel no hay ninguna señal del golpe generado hace 6 días, pero puedo asegurar que algún rastro ha de estar en su rostro.

Se ve hermosa, tal como la recordaba. Con su cabello suelto en ondas grandes y su mirada brillante, pero no. No merece mi atención si ella no ha sido capaz de darle respuesta a mis múltiples notas.

Fijo mi atención al frente para ver a Sigourney acercarse a la señorita Malhore con parsimonia. Vigilo sus pasos ante cualquier movimiento extraño que amenace su bienestar, pues aunque prometí mantenerme alejado no puedo descuidar su seguridad.

- Hola, Emily. - Le escucho decir al rey de Grencock.

Ella continúa mirándolo para luego dar un paso hacia atrás de manera repentina con algo de miedo.
Odio que le tema a alguien. Debe ser valiente, tal como lo es conmigo.

El corazón del Rey. [Rey 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora