Ryan es un restaurador de arte, huraño, solitario. Un dulce accidente lo cruza con ella.
Carly es una pastelera vivaz y divertida.
Cuando ambos se conocen se sienten inevitablemente atraídos.
Sin darse cuenta él restaurara la confianza pérdida...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
2002
Ryan Goodwin se levantó de su asiento y se enderezó después de estar encorvado sobre la mesa, se estiró y luego con un bisturí comenzó con la precisión de un cirujano a quitar una fina capa de papel transparente de un enorme pintura, se sintió orgulloso y aliviado cuando el papel salio transparente y no con pintura, al dar un paso y mirar la pintura suspiro cansado de saber lo que le esperaba, solo había quitado unos centímetros de la esquina, ahora le faltaba un metro más y él sabía que ese trabajo le llevaría horas pues la tela salia en pequeños retazos.
La restauración era algo que le encantaba, ese trabajo era tranquilo y pacifico haciendo que su mente estuviera libre para poder pensar, no era un trabajo que le llevara la más mínima concentración y aveces eso le gustaba y otras le molestaba. Pero en ese momento nada podía molestarle, estaba casi por terminar una restauración de hacía semanas. Miro la ventana y los cuadros que estaban esperando ser llevados a sus respectivos lugares, su pieza favorita de Piazzola sonaba en los altoparlantes con su hermoso Adiós Nonino y la satisfacción le corría cantando por las venas al ritmo del bandoneón debido al trabajo casi terminado.
Por sus manos ya habían pasado Monet, Van Gogh y Ranza Mackenzie una mujer increíblemente visceral en sus pinturas. La presentación sería al otro día, el director había trabajado duro para poder hacer es muestra de arte de las diferentes formas en los artistas. El estilo de Van Gogh tan postimpresionista, puntilloso eran su toque, Monet era el pionero del impresionismo, con sus pinturas paisajistas, Mackenzie seguía la misma línea pero más romántico.
Mientras se limpiaba las manos entró Shaun al recinto y él suspiro al verlo con las manos en su espalda observando su trabajo.
El corte de su traje de ultimo modelo era impecable, su cabello recortado con estilo y peinado a la perfección denotaban el poder de su posición y su dinero, sus ojos negros observaban cual halcón a su presa, su nariz recta y sus labios finos en una linea demostraban su concentración y Ryan suspiro mientras esperaba su inspección.
— Han recobrado su brillo. — Dijo con su acento americano. — Has hecho un trabajo magnífico. — Alabo mientras se acercaba a su lado.
— Lo se. — Le dijo mientras lo miraba aburrido.
— Eres un imbécil, ¿Lo sabías verdad? — El rictus severo se ablando con una sonrisa. — De todos mis restauradores el que menos entiendo.
— ¿Por qué? — Murmuró sin importarle.
— Tienes un toque bohemio, eres rebelde y huraño.
— Mmm…
Ryan se desentendió de él y se sentó en el taburete para seguir trabajando.
