Capitulo 2

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Ryan se paró en la barra y observó el salón

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Ryan se paró en la barra y observó el salón. Estaba abarrotado con mujeres vestidas de todos los colores, joyas brillando y hombres con trajes de último modelo. La exquisita comida aparecía en bandejas que se agotaban apenas saliendo de la cocina y las copas de champagne eran rellenadas una y otra vez. Tomó un trago de cerveza y miró el reloj. Aún le quedaba una hora. Ryan decidió escaparse un rato de esa celebración que lo aburría soberanamente, no solía asistir a los eventos sociales; pero su director había insistido hasta el hartazgo. Los cuadros que había restaurado estaban llamando la atención y debía admitir que la artista era increíble, se lo había pasado en grande descubriendo el brillo que había tenido antaño esas espectaculares piezas. Con ese pensamiento no se dio cuenta de que alguien venía enfrente suyo y chocó de lleno con alguien haciendo que contenga el aliento y sintiera que su cuerpo se humedeciera completamente con un líquido espeso y negro. El viscoso líquido bajo por su vientre a su entrepierna y sus piernas. El ruido de los vasos estallando en el suelo llenando de vidrio el piso fue desagradable. Se alejó un paso y miró a la mujer que sostenía la bandeja vacía y lo miraba con los ojos abiertos de par en par. 

— Cuánto lo lamento. — Gimió con su voz cantarina y se acercó. 

 Ryan sintió sus manos en su pecho arrastrando el líquido que descubrió que era chocolate cuando bajó la mirada. Era espeso y desagradable aunque el olor era delicioso. 

— Está bien. — Murmuró y trató de quitarle sus manos de encima. 

 Cuando sus pequeñas manos bajaron a su pantalón y pasó la mano por su entrepierna ambos se alejaron, él sorprendido por su atrevimiento y al parecer ella también pues sus ojos lo miraban desorbitados. 

— Las manos lejos. — Murmuró él tratando de despegarse la camisa que estaba pegada al cuerpo. 

 Ella se puso las manos en la boca y levantó la mirada al darse cuenta de que ella trataba de aguantar la risa. 

— ¡Ay cielos! — Dijo entre sus manos. — Lo siento. — Repitió sin sacar las manos de la cara. 

— ¿Qué es lo que siente exactamente? — Pregunto conteniendo la risa. — ¿Mancharme con chocolate, reírte o manosearme? 

— Las tres por supuesto. — Le dijo y se rió descaradamente. Bajo las manos a sus costados y con la bandeja bajo el brazo lo miro. — De verdad lo lamento. 

 Él asintió y se acercó a la mesa que ahí había. Tomó una servilleta blanca y se acercó. La miró pidiéndole permiso y ella lo miró fijamente. Ryan le limpio el chocolate de la cara y sonrió. 

— ¿Me limpias el chocolate que yo misma te tire? Tu estas peor. 

— Lo se. — Le dijo mientras seguía limpiándole el rostro. — Pero uno de los dos debe volver a la fiesta para tomar mis cosas y ambos sabemos que no puedo ser yo. 

— Claro, por supuesto. — Ella asintió seria. 

— Mis cosas están en la entrada, pídele a Jonhy que te las de. — El saco con los dedos haciendo una pinza la tarjeta del bolsillo de su pantalón. 

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