Ryan es un restaurador de arte, huraño, solitario. Un dulce accidente lo cruza con ella.
Carly es una pastelera vivaz y divertida.
Cuando ambos se conocen se sienten inevitablemente atraídos.
Sin darse cuenta él restaurara la confianza pérdida...
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Ryan miró el teléfono y suspiró. Seguramente estaría ocupada. Entró a la oficina de Shaun y espero que termine de hablar por teléfono.
— ¿Para que me necesitas? — Preguntó cuando terminó de hablar.
Shaun se tomó las manos sobre el escritorio y miró a su amigo.
— Tengo varias noticias para ti. Los de París nos han hecho una llamada curiosa.
Ryan frunció las cejas curioso.
— ¿Estás esperando una llamada importante? — Pregunto al verlo con el celular.
— No. Deja de dar vueltas, te conozco lo suficiente como para saber qué me darás órdenes como empleado.
— Y amigo Ryan. Este es un favor importante.
— ¿Qué hay para mi?
— Profesionalmente más reconocimiento, como empleado un cheque con una astronómica cifra y como amigo una caja del cabernet favorito.
Ryan abrió los ojos sorprendido.
— Demasiado soborno. — Murmuró pensativo. — Dime cual es el trabajo.
— Es una restauración grande, varios cuadros que se enviarán aquí.
— Eso no es problema, puedo hacer las restauraciones ¿cuál es el favor?
— Bueno si quieres que sea sincero… — Shaun puso mala cara.
— La verdad Shaun, no funcionaria de otra manera.
— Primero fue una suerte que te hayas marchado una hora antes el viernes. Los de París vinieron a ficharte para llevarte con ellos. — El hombre entrecerró los ojos furioso. — Pensaban sobornarte para que me dejes por un trabajo fijo en el Louvre. — Ryan se quedó de piedra. — Pensaban robarte en mis narices.
— Soy una persona no un cuadro Shaun. — Le dijo molesto.
— No pienso dejarme por esa perra de faldas cortas. — Dijo vengativo.
— ¿Estas en su contra porque lleva faldas?
— Estoy en su contra porque pensaba que viniendo a reclutarte en mi propio evento se reiría en mi cara. Melisa Asher pretendía ofrecer tanto dinero que me habrías obligado a matarla y por ende a ti, dejándome tirar a la basura los años de amistad que tenemos.
— Me imagino que la pusiste en su lugar y encima fardaste sobre el contrato que me hiciste firmar ¿verdad? — Le dijo conociéndolo.
— Nadie, escúchame bien Ryan, nadie te dará lo que nosotros te damos. Fines de semana libres, vacaciones completas y todo el almanaque libre para que acompañes a Harry a sus eventos deportivos.
— Se lo que firme Shaun, mi exclusividad con este Museo es épica, ahora dime por favor que es lo que quieres de mi. La segunda noticia.
