Capítulo 6.

599K 31.9K 4.9K
                                    




Ethan sonrió y yo le devolví una extraña mueca. No quería que me mal interpretara; seguía enamorada de él. El corazón se me aceleró ante la idea de ser la novia de mi vecino. Él me dio mi primer beso. Mi primer amor. Mi primera vez...

Pero mi familia me necesitaba en esos momentos. Había una maldita bruja acostándose con mi padre a las espaldas de sus hijos. Byron era un chico increíble, pero jamás en la vida lo tendría como hermanastro. No, porque eso significaba tener a su madre como madrastra-brujastra.

Observé los enormes ojos de él, que seguían fijos en los míos. En más de una ocasión estiró los labios para sonreír cuando me encontraba inquieta mirando la cola del perro.

—Es de Effie—confesó. —Lleva toda la mañana ladrando, así que imaginé que necesitaba salir un poco del apartamento. ¿Quieres venir y hablamos con más calma?

No tenía tiempo para reconciliaciones.

—Mi padre se está acostando con alguien que no es mi madre.

El rostro del stripper cambió. Su sonrisa se esfumó de inmediato, hasta parecía que le faltaba aire.

Normal; Ethan lo sabía todo de mi padre. Ellos se hicieron muy amigos. Los hombres siempre se apoyaban en todo; se cubrían las espaldas; y se protegían.

—Tus padres están divorciados.

Él no vio lo mismo que yo vi cuando llegué a casa.

—Mis padres se siguen queriendo —la forma en la que la miró él, o ella sonrió de esa forma coqueta cuando veía a mi padre aparecer...era amor. — ¿Tú sabes quién es, verdad?

—No.

—No mientas, Ethan —me crucé de brazos y esperé. Nada. Silencio por su parte. —Llevas estos meses a su lado. Seguro que habrás visto quien pasa esa puerta por las noches.

El perro pequeño meneó la rosada cola y empezó a saltar llamando nuestra atención.

—Trabajo de noche. Te recuerdo que sigo siendo parte de Poom's —stripper...—Aunque no te lo creas, no hablamos de nuestras vidas privadas. ¿O qué crees? Entonces debería de haberle dicho que desvirgué a su pequeña e única hija.

Lo mataría.

Desaparecía del mapa.

Pero seguía mintiendo.

Era muy fácil decirme que quien venía por las noches era la bruja. Esa mujer era peor que el hombre del saco. Con la diferencia de que ella atacaba a los hombres y asustaba a las niñas como yo. No me iba a dejar intimidad por ella.

— ¿No tienes tiempo para mí, verdad? —Levanté la barbilla y encontré su mirada.

¡Al infierno!

¿A quién quería engañar?

Por mucho que intenté olvidarlo en África, Ethan seguía en mi corazón, acelerándolo como en el primer día que me di cuenta que me enamoré de él.

—Mi familia está por encima de todo —dije, avergonzada de mis palabras. —Ahora soy yo quien calla y tú miras apenado. Creo que si realmente nos queremos —Ethan entrecerró los ojos—habrá tiempo para intentarlo. Siempre y cuando no pienses que ya es demasiado tiempo.

—Nunca es demasiado tarde —se inclinó hacia delante, dejando un beso cerca de la comisura de mis labios.

Lo vi marcharse, moviendo desesperadamente el brazo porque el perro de la cola rosa se movía por el pasillo.

¡Mi vecino es stripper!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora