Club Tres (NejiTen)

Cacería

Llegó temprano a la oficina ese lunes, el domingo había intentado pensar un poco sobre lo ocurrido en el Club, pero la verdad es que solo se le antojó dormir y recuperarse un poco, ¿para qué usar la trotadora si había hecho esa cantidad de cardio con ella? Porque finalmente se habían despedido casi a la 1 de la tarde. Jugó con una pequeña pelota antiestrés, pasándola de mano en mano, tenía una investigación privada por hacer pero no sabía por dónde empezar. Diseñadora, arquitecta, publicista, administradora o contadora, abogada no, era una cantidad grande de profesiones aunque creía que podía dirigir sus esfuerzos a las 3 primeras, la gente solía dar medias verdades al mentir y por lo general la ponían en las opciones iniciales creyendo que nadie lo sospecharía, de algo le servían sus conocimientos de un diplomado corto en criminalística, para eso y para cotejar la firma falsificada junto a las de los seguros, pero en eso pensaría cuando su compañera obligada de oficina llegara. Tenía esas carreras posibles, si le sacaba una cabeza significaba que ella media entre 1,65 y 1,70 aunque por la forma en que la podía manejar se iba más por la opción de abajo, entre 30 y 35 años porque alguien de menos de esa edad no tendría la seguridad que ella tenía, castaña y con el capital suficiente para pagar una membresía solo por sexo. Era una gama amplia de opciones, abrió su portátil sin saber qué escribir exactamente en el buscador.

Empezó por diseñadoras en la ciudad, viendo las fotos de las primeras que aparecían, en el mundo creativo no solían dejarse el cabello de un color natural, vio cabello azul, rosado y varios tonos de arcoíris, pero no castaño solo, además que en ese mundo eran un poco más expresivos con sus cuerpos, por decirlo de alguna forma, y los tatuajes eran usuales, su liebre no tenía tatuajes, de eso estaba completamente seguro pues había visto y besado su piel milímetro a milímetro, a menos claro que tuviera algo tatuado en la frente o la cara que era lo único cubierto. Pero lo dudaba, antes de alcanzar a buscar la siguiente carrera escuchó el característico repiqueteo de los tacones de Tenten.

- Buenos días – saludó, él contestó con un movimiento de cabeza sin verla – el jueves haremos un empalme, necesito saber en qué estás trabajando exactamente – quiso reír y decirle que estaba trabajando en localizar una presa – y en qué hemos avanzado... o retrocedido – la escuchó completar en voz baja

- Perfecto – era bueno ver que él no era el único frustrado por estar cada vez más enterrados en información, cerró la pestaña que no necesitaba en ese momento y empezó a ver los vídeos de seguridad en los que aparecía el auto desaparecido, buscando otras posibles cámaras que lo hubiesen captado y con suerte aun pudieran pedir esas grabaciones, pasadas un par de horas envió algunos correos y volvió su atención a las firmas, buscando sus libros digitales sobre las crestas y picos importantes para compararlas él mismo, durante todo ese lapso de tiempo ella se había levantado varias veces, pero no le prestó atención, los golpes en la puerta marcaron la hora del almuerzo así que salió con Shino y al volver a entrar se dio cuenta que había una gigantesca botella de agua sobre la mesa. Cuando ella regresó y oyó que bebía de la botella, levantó la mirada. Notando que ella tenía una absurda prenda cuello tortuga y estaba sonrojada – quítate eso, Ama

- ¿Qué? – su voz era entre molesta y sorprendida

- Que te quites ese pullover – se puso completamente roja

- No estoy ebria o drogada para aceptar una sugerencia tuya de desvestirme – él bufó

- Cómo si yo quisiera hacer tal cosa, pero en este momento hasta yo tengo calor de solo verte, el otoño ni siquiera ha empezado para que estés tan abrigada – señaló la botella de agua – estás abochornada y por eso tomas tanta agua, tus constantes pausas al baño por ese motivo desperdician tiempo valioso del caso

- Mi forma de vestir o la cantidad de veces que voy al baño no son tu problema, Hyūga

- Como sea, por favor no te incapacites por un golpe de calor