𝑳𝑶𝑽𝑬𝑳𝒀 [𝑲𝒐𝒐𝒌𝒎𝒊𝒏]

𝚝 𝚠 𝚎 𝚕 𝚟 𝚎

— ¡Jungkook! ¡Jungkook!, no! ¡Kook!

El gritó distante algo ahogado de Jimin fue lo que lo despertó, extrañado por la ausencia del cuerpo de su compañero durmiendo sobre él, tal como recordaba de la última vez, miró su mano para notar que ya no estaba unida a la de Jimin.

Miró alrededor con sus ojos muy abiertos, la arena se hundió debajo de su cuerpo, la notó sobre sus ropas negras de siempre, del primer día, de lo que recordaba.

— ¡Jungkook!

Escuchó golpes y miro el desierto a su lado, hasta que la encontró, metros lejos de él.

La caja de cristal.

Y él estaba afuera.

Pero Jimin no.

— Jimin... — se levantó de golpe, el chico estaba dentro, corrió hacia él.

Lo vio golpear el vidrio desde adentro, de rodillas, vio sus hombros sacudirse con el llanto.

— ¡Jimin! — Jungkook golpeó el cristal, por dentro estaba aterrado, escuchó al mayor llorar, el vidrio apenas ahogaba un poco el sonido, a pesar de que parecía muy grueso.

— ¡No me ibas a dejar! ¡Lo prometiste! — golpeó el vidrio con fuerza, y claro que nada pasó— ¡Saliste! ¡Me dejaste! ¡Lo prometiste, Jungkook, lo prometiste! — lloró, sin dejar de golpear el cristal.

— ¡No me iré! ¡Yo no salí! ¡No se qué hago aquí!— Jungkook negó, posó su mano sobre el vidrio, donde, del otro lado estaba la mano de Jimin— ¡No me iré hasta que pueda sacarte de allí!

El mayor tenía la cabeza gacha, temblaba completamente, apartó su mano del vidrio para llevarla a su pecho, abrazándose a sí mismo.

— No respiro... — murmuró, aunque Jungkook lo pudo escuchar y sus ojos se abrieron con pánico.

— ¡Jimin! ¡Jimin! — se arrodilló frente a él, golpeó el vidrio para llamar su atención, el mayor lo miró con expresión dolorosa, su rostro estaba empapado en lágrimas—. Mírame, solo mírame y todo estará bien...

Un cuento fuerte azotó los cabellos de Jungkook, y algo de la arena voló, raspando su piel al descubierto, de la nada, todo se había vuelto gris y oscuro de nuevo.

Escuchó la lluvia comenzar a caer, y miró confundido hacia arriba de la caja, una nube negra sobre esta, escuchó unos ligeros golpes y se volteó de nuevo hacia Jimin, quién seguía con problemas para respirar, pero quién ahora tenía el cabello mojado, los hombros, la ropa.

Jungkook tardó en entender, tardó en ver.

Estaba lloviendo dentro de la caja.

Jimin miró a sus pues con miedo, el agua ya había llenado los primeros centímetros de la caja, y la lluvias caía con fuerza sobre él.

— Jimin, Jimin.... Tranquilo— lo llamó Jungkook—. Mírame, solo mírame.

Sus asustados ojos se encontraron con los de Jungkook, que también tenían pánico en ellos.

— S-se va a llenar... se va a llenar de agua— murmuró, su voz sonaba más aguada por causa del miedo.

— Jimin, mírame, que no pasa nada... — Jungkook intentaba calmarlo con todo su esfuerzo, pero ni siquiera él estaba calmado para que funcionara, alguien asustado no podía tranquilizar a alguien asustado— ¿Sabes nadar?

Jimin negó, el agua había pasado sus tobillos.

— Mueve las paredes, para que no suba.

Jimin se levantó y se acercó a la otra pared, intentó avanzar, su pie terminó en el vidrio, pateó el cristal varias veces.

— ¡No funciona!

Retrocedió, el agua crecía demasiado rápido, ya estaba por debajo de sus rodillas.

Sintió su pie atascarse en algo, al mirar, no había nada, pero parecía que estaba pegado al suelo, intentó despegarlo del suelo, pero se sentía clavado, se vio incapaz de mover alguno de sus pies.

— Jungkook... — llamó, al único que conocía y que creía que podía salvarlo, en su interior—. No puedo moverme...

Sollozó, mientras el agua subía y subía.

Jungkook miró con impotencia la caja, comenzó a llorar porque no sabía que más hacer, en un ataque desesperado, comenzó a golpear el vidrio con toda su fuerza, con sus puños, con su cuerpo completo, hasta cansarse y sollozar del dolor, todo su cuerpo dolía, todo su ser.

— ¡Jungkook! ¡Jungkook, para!

Entre sollozos, miró a Jimin, el agua llegaba hasta su pecho, el mayor le sonrió de forma penosa y negó.

— Ya... No, no te esfuerces, te haces daño— murmuró—. Gracias, por todo.

Jungkook negó.

— No voy a dejarte, no voy a dejar esto así... Voy a sacarte de aquí, Jimin, yo debo...

— No se puede romper— Jimin negó, el agua llegaba a sus hombros—. Vete, déjame... No me veas.

— No lo haré.

— Jungkook— sorbió su nariz—. No quiero que veas... No te hará bien... Huye.

— ¡No voy a dejarte! — lloró—. Jimin, no... — sus piernas temblaron, apoyó sus manos en el vidrio, la caja ahora parecía una pecera gigante.

— Te amo, jungkook— dijo, cuando el agua estaba a la altura de su cuello—. Con todo mi corazón, te amo, no lo olvides...

Jungkook apoyó la frente en el vidrio, el llanto no lo dejó responder, cerró sus ojos con fuerza, sus manos en puños para aguantar la furia, escuchó el agua agitarse, escuchó a Jimin luchar por última vez, hasta que todo quedó en silencio de nuevo, y hasta la lluvia se detuvo.