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𝐋𝐞𝐢𝐥𝐚:
- ¡Ya estamos cerca! - Nos avisó Hermione - ¿No están nerviosos? Es nuestro tercer año en Hogwarts.
- Más que nervioso estoy preocupado - Harry desvió su mirada hacia la ventana del expreso a Hogwarts. Se le notaba inquieto y perdido después de su charla con el señor Weasley en El Caldero Chorreante.
- ¿Sigues preocupado por Sirius Black? - Pregunté.
- Un poco sí - Y no lo culpo, el primer hombre que sale de Azkaban y lo busca a él, es difícil de digerir esa información.
- Tranquilízate, estaremos en Hogwarts y no creo que él pueda entrar. Dumbledore nos protege ¿No? - Dijo Ron mientras masticaba golosinas. Hermione lo miró frunciendo el ceño y revoleando los ojos, yo sonreí levemente antes de levantarme y dirigirme a la puerta.
- Bien, yo me iré con las chicas de mi casa y agarraré mis pertenencias, cualquier problema me avisan - Esto último lo dije mirando al hombre que dormía junto a mis amigos, no sé porqué pero me parecía sospechoso, supongo que era solo desconfianza.
- De acuerdo - Asintió Hermione, y finalmente salí del vagón.
Me fui junto a mis compañeras de mi casa, Ravenclaw, quienes estaban ansiosas por volver al colegio de magia. Tomé mis pertenencias y me quedé allí hasta llegar. En el camino el expreso se detuvo y algo sacudió los vagones, para mi suerte no ocurrió nada pero un mal presentimiento recorría mi columna. Una vez abajó del tren, caminé junto a los demás hacia los carruajes que nos llevarían al castillo. En ese momento escuché a unas chicas de Gryffindor hablar entre susurros.
- A mí si me pasa algo por el estilo quedaría traumada - Dijo la chica rubia apoyando una mano en su pecho de forma dramática.
- Suerte que estaba el nuevo profesor allí porque si no ese dementor terminaría absorbiendo el alma de todos los estudiantes dentro - ¿Dementores? Había escuchado hablar de ellos en un libro, protegían Azkaban pero... ¿Qué hacían en Hogwarts?
- ¡Si, pero es que iba directamente a por Harry Potter! - ¡¿Un dementor atacó a Harry?!
Deje de escuchar a las chicas y comencé a buscar a Potter con desesperación, pero al no verlo decidí esperar hasta el día siguiente. De esa manera todo se calmaría un poco y podríamos charlar en paz sobre la situación.
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Tuve una charla con Harry en la que me explicó que apareció un dementor y que por suerte allí estaba el nuevo profesor de defensa contra las artes oscuras, el profesor Lupin, para ahuyentar a esos bichos horribles.
Por otro lado, las clases comenzaron y la carga constante de libros también. No me quejo, me encanta estudiar, pero si es verdad que este año tengo como meta entrar en el equipo de Quidditch por lo tanto tendría que descuidar un poquito el estudio.
En cualquier caso, estaba llevando algunos libros para leer en la biblioteca cuando escuche unos ruidos que venían desde detrás mío. Me voltee curiosa para ver qué ocurría y alguien chocó contra mí, haciéndome tirar todo lo que llevaba encima. Este siguió corriendo pero vi desde atrás que era un chico alto, con cabello castaño y uniforme amarillo que indicaba su casa: Hufflepuff.
- ¡Perdón! - Se disculpó mientras se alejaba con risas y pasos apresurados. Yo solo me digné a soltar un gruñido molesta y agarrar mis libros del suelo.
Seguí mi camino hasta la biblioteca y una vez allí me senté cómodamente para revisar mis libros y comenzar a leerlos. Miré confusa uno de ellos que no reconocí ya que no era mío, era un libro más avanzado, como de sexto año; detrás llevaba un pequeño sticker con un nombre: "Cedric Diggory".
Nunca había escuchado ese nombre anteriormente, pero un recuerdo me vino a la mente, al chocarme con el Hufflepuff se le cayó un libro, así que concluí que este era de él. Lo deje a un costado y estudié con los míos, más tarde me encargaría de llevárselo
