Capítulo 22

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Sadie:

Mamá hizo lo que yo le había dicho que no quería que hiciera: organizar una cena con Roberth y su familia. A mi no me había insistido, pero a mi hermana la había obligado a ir. Ingrid me había suplicando que no la deje sola, y yo no lo iba a hacer. Aunque me purgue ver a Iris y a Papá, yo no iba a dejar sola a mi hermana.

Finn le arreglaba el abrigo a Emma y ella luchaba por sacárselo. No le gustaba el calor, era una niña más de frío.

-Sadie, no tenemos que ir. Ingrid va a entender.

-yo no quiero dejarla, Finn. Si papá o Iris la atacan, Ingrid puede ponerse muy agresiva, o muy débil. No creo que mamá pueda controlar sola los impulsos de mi hermana.

Finn acomoda a Emma en la cama y ella comienza a luchar para quitarse el abrigo. Él se acerca a mi y me abraza.

-no te dejes llevar por nada de lo que diga Iris. Sabes que haría todo por verte explotar.

Asiento.

Espero algún día volverme inmune a las provocaciones de Iris.

Max se sube a la cama y ayuda a Emma con los botones. Jala el botón del medio y Emma se ríe a carcajadas.

-¡Max, no!- la cachorra pega un brinco y se sienta, agacha la cabeza y encoge las orejas- no me hagas pucheros, Max. Conmigo no funcionan. Vamos, abajo.

Salta de la cama y Emma gatea hasta la orilla. Ambas actúan como si les hubiese prohibido estar juntas.

Mike se rasca con la pata y al ver a Max, se pone a la defensiva. Max se acuesta a su lado, sin ganas de jugar, solo con ganas de hacerme sentir mal por la regañina que le pegué.

Cuando ya estoy lista, me aseguro de que todo esté en orden, y de que Max y Mike tengan comida en sus platos.

Finn baja las escaleras con Emma en brazos y yo los sigo.

Pasamos por mamá e Ingrid. Ellas ya están en la puerta de la casa. Mi hermana cierra la puerta del auto con rabia. Mamá está enojada con ella por actuar de esa manera tan rebelde.

Emma se acomoda en los brazos de Mamá.

(...)

Leslie está parada en la ventana y en cuanto ve el auto estacionarse, sale a abrir la puerta. Ella es buena, y de esa familia, es la única que me cae bien.

Abraza a mamá, a Ingrid, le da un beso en la mejilla a Finn y acaricia la melena de Emma. A mí también me abraza. Nos hace seguir y la casa tiene un delicioso olor a pollo frito.

-Roberth está emocionado por verlas- Junta sus manos con un gesto de alegría.

-sí, claro- susurra mi hermana, pero mamá alcanza a escucharla y la fulmina con la mirada.

Todos están en la cocina, Iris nos mira y le sonríe de una manera descarada a Finn. Finn se devuelve la sonrisa, pero por educación... Quiero creer.

Acomodo a Emma en mi regazo y le coloco el babero que Finn empacó en la mochila.

-todo se ve delicioso- halaga mamá. Leslie le sonríe.

-provecho.

Emma come todo y hace los ruiditos que suele hacer.

Roberth habla y habla sobre cosas que tiene planeado hacer. Mamá actúa como si él fuera un amigo de la familia, y eso pone a Ingrid de muy mal humor.

-¿y tú? ¿No piensas formar una familia?- mi hermana pasa saliva de manera pesada y mira a Roberth.

-no. Por el momento, no.

-ya deberías vivir en otro lugar... A tu edad, yo ya...

-¡tú y yo somos personas diferentes!

Roberth deja de hablar después del grito de Ingrid. Mamá la mira y Emma comienza a jugar con mi cabello.

La tensión de la situación hace que mi cabeza comience a doler, primero de manera leve, pero después, con las críticas de Roberth hacía mamá, hacía mi hermana, hacía mi hija, hacía mi y hacía mi esposo, se vuelve más fuerte. Pero intento ocultarlo.

Después de la cena, mamá ayuda a Leslie a acomodar los trastes mientras que Roberth se encierra en una habitación que supongo que es su despacho y Finn, mi hermana y yo vamos a la sala. Acomodo a Emma en el suelo para que pueda gatear o caminar, que haga lo que más le apetezca, y lo hace, gatea con tranquilidad por un rato.

Me acurruco en los brazos de Finn y él comienza a cariciar mi brazo. Me conoce tan bien que sabe que los dolores han comenzado de nuevo.

Ingrid se queja de papá y de la actitud de mamá.

Me pongo recta cuando veo al alguien que es dueña de una melena rubia acomodarse a un lado de mi hija. Veo como Iris juega con Emma, sin intención de hacerle daño. La hace reír, y por segundos me parece lo más tierno, pero ella tiene que arruinarlo con sus palabras:

-¿verdad que hubiese sido buena madre, Finn?- me giro hacia Finn y veo que su labio inferior comienza a temblar.

-supongo- se rasca la nuca y hace una mueca de incomodidad.

Frunzo el ceño y me giro a ver a mi hermana. Desearía estar en el lugar de Ingrid, ella tiene la posibilidad de darle una patada en las costillas.

Me empieza a incomodar el hecho de que Iris esté cerca de mi hija, así que digo el nombre de Emma en voz alta y ella se gira para verme.

-ven, cariño, ven- Emma se acomoda en el piso, dispuesta a caminar, pero Iris la agarra del estómago y se pone de pie.

Yo también me pongo de pie. Iris acomoda a Emma en sus brazos y ella se queda quieta.

-dame a mi hija- comienzo a caminar hacia ellas, pero Iris da pasos de reversa.

-¿y si no quiero?

-¡Iris, dame a la niña!

-¡no le voy a hacer daño, nunca la lastimaria sabiendo que es parte de Finn!

Miro a Finn, él también está de pie, detrás mío. Mi hermana permanece sentada como si nada le importara, pero sé que está haciendo un plan mental para hacerle daño a Iris sin lastimar a Emma.

-dame a mi hija- Finn se pone delante mio y extiende los brazos.

Sé que Iris no le haría nada, pero siento que Emma está en peligro. Mi Cabeza comienza a doler más y mi vista se comienza a nublar poco a poco.

-Finn- digo cuando pierdo la vista por completo. Siento que mi cabeza va a estallar por el dolor.

-¡dame a mi hija!

Lo último que puedo escuchar es a mi hermana gritar a Finn y a Finn gritar mi nombre.

Siempre. (Fadie) #3 ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora