✦ Capitulo 5: Capaz tengas razón ✦

10K 838 308
                                    

𝐋𝐞𝐢𝐥𝐚:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

𝐋𝐞𝐢𝐥𝐚:

A pesar de ser viernes mi cuerpo se sentía agotado, la clase de encantamientos de hoy tuvo algunos problemas llamados Neville Longbottom, problemas que los demás tuvimos que pagar, aunque no lo culpo, me cae bien. En todo caso, ya era hora de la clase de Defensa contra las Artes Oscuras, así que me dirigí al Gran Comedor en busca de Diggory. Al no encontrarlo me acerqué a un prefecto de Hufflepuff para preguntar.

- Hola, perdón por molestar pero ¿De casualidad sabes donde esta Cedric Diggory? - Le pregunté con mi mejor sonrisa, el prefecto asintió con amabilidad.

- Los de sexto año tienen clases de adivinación ahora, aun que ya deben estar terminando - Asentí agradecida.

- De acuerdo, gracias - Me dirigí hacia clases de adivinación, no sé como pero siempre termino recorriendo Hogwarts para encontrar a este chico. Ya comenzaba a irritarme.

Me encontraba al lado de la puerta, y estaba por entrar pero me detuve para escuchar la conversación que se estaba dando dentro...

- ¿Entonces? ¿Quién te gusta? - Dijo una voz grave que no reconocí, supuse que se trataba de un amigo suyo.

- Es una chica de Ravenclaw - Esa era la voz de Cedric, la reconocí casi al instante - y va a Tercer año - Le gustan menores, que irónico - Creo que es amiga de Harry Potter, aunque no estoy seguro - Pero... ¿acaso estoy loca o me esta describiendo? No, ni siquiera me conoce, es ilógico. Ademas, que asco tener una relación con él. Agh, no, me niego.

- Permiso... - Interrumpí y entré a la sala - Cedric ya es hora de mi clase, deja de holgazanear.

- De acuerdo jefa, vamos - Me sonrió, agarró sus cosas y salimos de la clase - ¿A donde vamos?

- Al campo de Quidditch, ahí vamos a tener bastante espacio y no nos van a molestar - Dije en seco mientras bajábamos las escaleras.

El camino hacia el campo fue silencioso, yo no sabia que decir. Según lo que dijo parecía que era yo, pero dudo que alguien como él se fije en mí, ademas de que apenas me conoce. Una vez llegamos fuimos a las gradas para sentarnos y estudiar.

- Bien, ¿Sabes cual es el hechizo Riddikulus? - Dijo pasando las paginas de mi libro para comenzar a estudiar.

- Si, nos lo enseño Lupin en el tiempo que estuvo, aunque no lo pude practicar porque el Boggart que le salio a Harry fue un Dementor y... bueno, el riddikulus ya no servia.

- Bien - Dijo dándome el libro abierto justo en las paginas donde se hablaba de los boggart - Échale un vistazo a la pagina del Riddikulus que lo vamos a practicar.

- Espera, ¿Practicar? ¿Como conseguiste un Boggart? - Lo miré curiosa y asustada. Este chico era un libro abierto, sin embargo escondía algún misterio que otro.

- Tengo mis trucos... - Me provocó una leve sonrisa a lo cual rió.

Después de unos 30 o 40 minutos estudiando y revisando información bajamos de las gradas para enfrentarme al boggart. Cedric trajo un baúl que parecía tener algo vivo dentro, y lo colocó en frente de mí.

- Bien, ¿Todo listo? - Preguntó con una mano en el candado del baúl.

- Lista - Dije tras un suspiro. Él abrió el baúl y de allí salio mi boggart, era una replica exacta de mí...

- Por Merlín... - Susurró él, y al instante se tapó la boca, pero logré escucharlo de todas formas.

- ¡Riddikulus! - Grité y agite mi varita, ahora el Boggart llevaba ropa ridícula y se tropezó, cayendo y haciéndome reír tanto a mi como a Cedric. 

Cedric volvió a encerrar al Boggart en el baúl y me miró con una sonrisa, orgulloso del resultado.

- ¡Lo hiciste excelente! - Rió un poco, haciéndome sonreír a mí también.

- Gracias, aunque me da algo de pena porque era yo así que prácticamente me viste a mi con ropa ridícula - Me reí apenada y bajando la mirada. 

- De eso te quería hablar - Se puso en frente de mí con una postura seria y eliminando cualquier rastro de diversión - El Boggart es un ser de forma cambiante capaz de transformarse en la imagen de lo que más teme su espectador. Y si en frente de ti apareciste tú misma significa que...

- ¿Nunca escuchaste la frase de "Yo soy mi peor enemiga"? - Lo interrumpí tras un suspiro pesado. No me gustaba hablar mucho sobre mis miedos, pero esta situación me estaba obligando.

- Pero... ¿Por qué? - Preguntó frunciendo el ceño de forma confusa. 

- Soy un peligro para mí, sé exactamente toda mi vida, me sé todos mis secretos, tengo tantas cosas para destruirme. Sé exactamente lo que me duele y lo que me hace enojar. El día de mañana la única persona que me puede enfermar mentalmente soy yo, y eso me aterra... - Me sinceré, lo cual me estaba sacando un peso de encima. Raramente, me sentí más aliviada tras soltar aquella afirmación.

- Si lo vemos de esa forma si da miedo pero... piensa que así como tienes tantas cosas para destruirte, tienes tantas cosas para ser feliz. Sabes exactamente lo que te pone contenta, usa eso a tu favor - Elevé mi vista hacia sus ojos, me sonrió levemente y poso su mano en mi hombro. Tenía razón, y pude ver un destello de amabilidad y dulzura que no había visto antes, lo cual me sorprendió y agradó a la vez.

- Tienes razón - Le sonreí - Gracias - Me acerqué y le di un beso en la mejilla. Luego me separé y desvié mi mirada de sus ojos - Bien, me voy que tengo cosas que hacer, ¡Nos vemos más tarde! - Me alejé lo más rápido que pude.

¡¿Qué acabo de hacer?! ¿Le acabo de dar un beso en la mejilla? ¿Lo habrá tomado en cuenta? Ay, ojala no le haya incomodado. Que idiota soy...

𝐒𝐨𝐦𝐞𝐭𝐡𝐢𝐧𝐠 𝐂𝐨𝐧𝐟𝐮𝐬𝐞𝐝¹ │ Cedric DiggoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora