Capitulo 17

1.6K 262 23
                                    

Shaun bajó del auto y sacó el enorme cuadro que había ido a buscar esa mañana

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Shaun bajó del auto y sacó el enorme cuadro que había ido a buscar esa mañana. Estaba embalado y listo para retirarlo Así que no sabía que pintura era. Estaba ansioso por verla, esa artista le encantaba y a pesar de las quejas de Ryan sabía que había disfrutado de restaurarla. Le gustaban todas sus obras, pero la de la familia Gurevich fue la que más le gustó. El hombre estoico le parecía demasiado serio al lado de la hermosa mujer pintada a su lado. Aunque podía ver la felicidad en sus ojos en ella se veía en todo su cuerpo. Le daba curiosidad ella sobre todo, la postura al sentarse, con las piernas estiradas al contrario de las demás damas de la sociedad como había visto en cuadros de otros artistas. Al llegar al lugar de trabajo de su restaurador abrió la pintura emocionado. Rompió el embalaje con cuidado y premura. 

  Se le cortó el aliento cuando unos ojos azules se descubrieron. Cuando la pintura estuvo completa paso la mano enamorado de ella. No eran los trazos perfectamente ejecutados o los vivos colores los que llamaban la atención, eran esos ojos grandes y expresivos. Leyó en el reverso la firma SG y el título que le había dado. La Victoria azul. Pasó la yema de los dedos por la pintura y acarició la mejilla de la mujer que sostenía la taza desde el borde, mirando directamente a quien la pintaba. No poso, se dio cuenta al instante de que no estaba posando, era como una instantánea pero en pintura. Svetlana había capturado la esencia de la mujer mientras hablaba con ella y tomaba su té o café. Te, se dijo internamente, lo que ella tenía en la taza humeante era te. Podía imaginar esa situación, incluso podía verlo en su mente, sentada en el jardín hablando de trivialidades mientras disfrutaba del hermoso día de primavera con esas flores colgantes sobre su cabeza. Podía ver cómo se encorvaba ligeramente para tomar la taza que estaba alejada, el brazo estirado y la mirada sobre la mujer parada detrás de la pintura  No tendría que llamarse Victoria azul pensó molesto. 

— Ojos océano. — Murmuró acariciando la ceja izquierda. — Tienes ojos océano. — Murmuró embelesado. 

 Un suave ruido lo asustó y se dio la vuelta para ver quien era. 

— ¿La fuiste a buscar? — Preguntó Ryan bostezando. 

— Si. Es hermosa. 

— Lo es. La victoria azul le queda. 

— ¿Seguro? — Preguntó el dubitativo. — Para mi no. 

— Será la primera vez que será mostrada al mundo, es una Victoria tuya, igual que su dueña. 

— ¿A qué te refieres? 

— Así se llamaba esa mujer. — Le contestó distraído mientras se quitaba la campera. 

— Victoria. — Saboreo el nombre con placer. 

 Podía entender porque no había sido mostrada, si fuese su esposo tampoco habría querido que todo el mundo la viera, la tendría en su casa, en la intimidad para poder observarla toda la noche. Ya era suficiente que esa belleza hubiese pertenecido a un rostro humano y que se paseaba por ahí, necesitaba tenerla consigo, como un secreto hermoso, perfecto . Ese pensamiento posesivo le causa gracia. 

Lazos eternos ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora