9. Vida

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La vida

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La vida.

La vida misma.

La puta vida.

La muerte antes que la vida.

No puedo enfrentarlo, sino me van a arrestar, entonces merezco morir.

No le di la oportunidad de vivir a esa persona. Y tampoco me daré oportunidad de vivir a mí…

¿Por qué debería estar viviendo cuando esa persona no lo está haciendo? ¿Por qué me siento tan miserable de golpe? ¿Por qué ahora no me siento humano? Me siento un monstruo…

Muchas personas creen que al matar a alguien se sentirán bien, que no tendrán repercusiones; piensan que será sencillo.

La mayoría de las personas creen que los asesinos no sienten remordimiento; quizás muchos no lo sientan. Pero yo sí lo siento.

Siempre fui alguien problemático, tenía una enorme facilidad para odiar a las personas, pero también tenía principios… principios de vida, como no maltratar a una mujer, mantener mis pensamientos a la raya, no saber las cosas para mantenerlas en el misterio y hacerlas más fascinantes, siempre mantener el encanto cuando me están insultando, entre muchas cosas más.

Sin embargo, esas cosas se fueron a la mierda cuando mis principios se fueron a la mierda, cuando me deje llevar por los pensamientos, cuando le quite la vida a un ser humano, cuando deje de ser Tayler Maguire para convertirme en una máquina de odio y resentimiento capaz de matar a alguien en un ataque trastornado y psicótico.

No puedo hacer nada ahora para cambiar mi vida, no puedo detener el tiempo ni retrocederlo, no puedo evitar lo que ya ocurrió.

Lo que puedo hacer es intentar… intentar dejar el mundo por el cual me volví, con el tiempo, alguien con odio, alguien con pensamientos homicidas…

Pero incluso ese derecho me lo quitan: yo solo soy un humano que quiere morir; no merezco vivir después de hacer lo que hice.

Merezco cadena perpetua, pero no me la darán.

Merezco pena de muerte, pero tampoco…

Entonces merezco sufrir. Me puedo morder la lengua. Puedo permanecer despierto por días. Puedo dejar de comer. Pero no puedo soportar el peso de los muertos. El peso de la agonía.

Soy solo un humano que se convirtió en un monstruo… o, tal vez, siempre fui un monstruo disfrazado de humano.

Si es así… ¡Qué buen disfraz! hasta yo me lo creía.

Tal vez si tengo un poco de ser humano, me siento destruido, me estoy desmoronando en sentimientos y en pensamientos y, tal vez, eso es lo que signifique ser humano: el sentir.
Las cadenas me detienen y su sonrisa me desarma, el lápiz y el papel se me resbala y no puedo escribir ni una palabra…

Me muerdo la lengua.

Llevo dos semanas en aislamiento y con vigilancia constante.

Me he tratado de matar, pero no me lo permiten. Les he explicado que no merezco la vida que tengo cuando se la he arrebatado a alguien, pero no me escuchan. Les he pedido que me maltraten, que me hagan sangrar, para, por lo menos, pagar mis males con la misma moneda, pero me lo han negado. Le he suplicado a la enfermera bonita que no me sede, que me deje ahogar entre las pesadillas, pero se niega; la entiendo, siempre llora cuando le digo que quiero morir.
Ella se enamoró de alguien que es solo… un poco humano. Ella merece a un humano completo.

Me he mordido la lengua en una pesadilla en la que me ahogaba con mi propia sangre…

Me he despertado, en efecto, ahogándome con la sangre que salía de mi boca. La enfermera bonita dormía a un lado de mi cama. Tengo camisa de fuerza desde que intenté ahogarme con una cuchara; tengo camisa de fuerza para detenerme. He llegado a pensar que este es el mejor sufrimiento al que me pueden condenar: al de querer morir y que no te lo permitan, al de querer sufrir y que te lo nieguen.

Observó al techo imaginándome como sería desangrase poco a poco con una camisa de fuerza y en un manicomio. Me muerdo la lengua, con más fuerza, hasta casi dividirla en dos con los dientes. La sangre chorrea por mi boca y me mancha la ropa y las sábanas.

Contempló a la enfermera bonita y desearía poder decirle algo antes de morir, pero decido morir con el sufrimiento de no hablar con nadie.
Cierro los ojos esperando jamás despertarme… desmoronándome como una galleta entre las manos, ahogándome entre mi sangre y el odio.

Pude vivir sabiendo que había matado a alguien, pero sin saber a quién.

Ahora no puedo vivir sabiendo la verdad de mis delitos.

Me muerdo la lengua.

Me desangro.

***

No muero, no me lo permiten…

La enfermera bonita despertó y llamaron a la ambulancia.

Ella ya no me mira; si me mira, llora. Si la miro, lloro.

Es una buena reprimenda de la vida.
La vida odia al casi humano de Tayler.
Tayler odia a la vida quien lo hizo odiar.

La vida se ríe de las ocurrencias de Tayler: él tuvo la culpa de sus actos no está.

Tayler observa a la vida pasar por sus ojos.

La vida y Tayler Maguire hacen un trato: una muerte por un descubrimiento. Un descubrimiento por la vida de Tayler Maguire.

No podía hacer mejor trato que ese.
He deambulado por el psiquiátrico como un zombi. Un zombi con una misión: morir.

Editado: El 03/04/2021

Crímenes que cobran vida (Conjunto De Historias)Where stories live. Discover now