Ryan es un restaurador de arte, huraño, solitario. Un dulce accidente lo cruza con ella.
Carly es una pastelera vivaz y divertida.
Cuando ambos se conocen se sienten inevitablemente atraídos.
Sin darse cuenta él restaurara la confianza pérdida...
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Después de la cena y la sobremesa Ryan salió afuera para hablar con su hijo. Mientras él estaba fuera Carly observó a Shaun.
— ¿Hace cuánto que eres amigo de Ryan?
— Conocí a Ryan a los veinte años. No me caía muy bien. — Le dijo sirviéndose una cerveza. — En la universidad era un nerd y yo lo contrario. Una tarde me pidió un libro y cuando vine a su casa a buscarlo entendí porque era tan anti amigos. Al principio creí que era porque era uno de esos que se creen superiores a los demás, todos conocían al señor Goodwin. Era decano en la universidad, su padre. — Explicó Shaun. — De dinero, posición social… cuando entre a la casa vi a Harry, entendí lo prejuicioso que había sido.
— ¿Y te hiciste su amigo porque habías pensado mal de él? — Preguntó ella curiosa.
— En realidad fue Harry. Cuando lo conocí… — Shaun hizo silencio sin poder explicar lo que le había pasado ese día.
Cuando había visto a ese niño corriendo por la casa, cuando se había acercado a él y le había tendido su cochecito mirándolo con sus verdes ojos.
Cuando ese pequeño niño le había dicho cuentame algo que no sepa, su corazón se había acelerado, había sentido la necesidad de tomarlo en brazos y abrazarlo con cariño, era como si lo hubiese extrañado sin siquiera saber que existía. Lo amo desde el primer momento.
Ryan entró con una sonrisa.
— Harry les manda saludos.
Tomó la botella de tequila y se acercó a ella.
— ¿Estas lista?
— Claro que sí.
Megan busco unos vasitos de tequila, limón y sal.
— Creo que cinco chupitos están bien. — les dijo. — Veremos quién de los dos llega.
— ¿Y si llegamos los dos? — Preguntó Carly.
— Será mejor tomar tiempo. — Dijo Shaun. — El límite son cinco; pero quién los toma más rápido.
Megan asistió y sirvió los vasitos, los puso en cada lado de ellos con la sal y los limones en el centro.
— Antes de empezar quiero decir unas cosas.
— ¿Ya te vas a excusar? — Preguntó ella divertida.
— Cierra la boca Carly. — Le dijo con una sonrisa. — Pueden quedarse esta noche, está el cuarto de Harry y la habitación de invitados que tú conoces donde. — Ryan miró a su amigo. — Solo lo digo por si deciden compartir habitación o no hacerlo. Megan no te sientas obligada por este imbécil, nosotros te protegeremos. — Bromeó riendo largamente.
Carly lo miró perpleja y después se lanzó a sus brazos emocionada dándole un sonoro beso.
