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𝐋𝐞𝐢𝐥𝐚:
- ¿Entonces estaban debajo de la cama? - Le pregunté interesada a Luna mientras caminábamos por los pasillos de Hogwarts hacia nuestra sala común
- Si - Respondió con calma y en voz baja pero audible. Me contaba sobre la constante desaparición de sus zapatos. Un pequeño furor creció dentro de mi ya que sabía que no desparecían por arte de magia, a pesar de estar en una escuela para magos. Había gente en la casa de Ravenclaw que se burlaban de ella y le jugaban bromas absurdas por ser distinta. Detestaba que hagan eso, deberían dejar de gastar su tiempo escondiendo los objetos de Luna y usarlo en leer un libro de modales. A pesar de querer expresar mi molestia me mantenía al margen para no causarle problemas a ella - Cada vez los encuentro mas rápido, me contagie de los Hufflepuff - Solté una pequeña risilla al recordar como la rubia admiraba las cualidades para encontrar objetos fácilmente de los Hufflepuffs - ¿Y tu? ¿No tenias algo importante que contarme? - Recordó y me miro curiosa esperando una respuesta
- Si, hoy iré a ver a mi padre - Dije cabizbaja sin mucha emoción. Realmente me aterraba ir pero era necesario, ya había retrasado mi visita a casa desde el comienzo de las pruebas
- ¿Que? ¿Por que? ¿Que paso? - Preguntó confundida y prestándome mas atención
- ¿Te acuerdas que te conté lo que me dijo Dumbledore el día siguiente a la elección del cáliz? - Asintió con la cabeza lentamente conectando hilos - Pues iré a averiguar si es cierto y como me puedo librar de esta conexión - Bajamos por las escaleras movedizas y volvimos a subir. Teníamos que llegar al mismo piso en el que nos encontrábamos pero al otro lado del castillo, y la entrada mas rápida estaba a través de estas escaleras
-Pero... ¿No faltan dos días para la segunda prueba? - Me preguntó. Yo asentí con la cabeza levemente
- Si, y no se si llegaré a tiempo para la segunda prueba - Mis nervios se acumularon dentro de mi. Tenia las esperanzas de verlo esta vez, sin embargo aún dudo que logré llegar
-¡Oh no! ¿Y entonces que harás para explicarle a Cedric? - Parecía aun más preocupada que yo lo cual me dio ganas de sonreír pero lo soporté para mantener la seriedad que estaba tomando nuestra conversación
- De eso quería platicar contigo. ¿Me ayudarías llevándole esto a Cedric mientras empaco mis cosas? - Le di una carta que había escrito horas atrás. llevaba mi símbolo personal en el sello de cera. También lo había firmado con mi tinta especial que se secaba rápidamente y se tornaba de un color distinto para cada lector. Era un detalle único mio que adoraba utilizar
- ¡Wow, que bonito! - Dijo elogiando el sobre - Si, se lo daré - La abracé unos pasos antes de llegar a la puerta de nuestra torre
- Te lo agradezco, Luna, eres un sol - Sonreí al separarnos y proseguimos hasta aquella gran puerta de madera, con una manija de oro con la forma de una cabeza de águila y hechizada para que dijera un acertijo cada que alguien quisiera entrar
- ¿Qué es lo que entra en el agua y no se moja? - Preguntó la puerta. En el suelo algunos niños de primer año se habían sentado a esperar a alguien que supiera resolver la adivinanza
- Los rayos del sol - Respondí. Esa adivinanza ya la había respondido en primer año pero se ve que la puerta aveces repite sus acertijos cuando se queda sin nuevos para probar. Las puertas se abrieron y dejé pasar a los niños primero, después terminamos entrando Luna y yo
- En una hora, antes de ir a mi clase con el profesor Flitwick, le entregaré esta carta a Cedric - Asentí agradecida y crucé la puerta junto a la biblioteca para subir las escaleras a mi dormitorio y comenzar a empacar mis cosas necesarias
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𝐂𝐞𝐝𝐫𝐢𝐜:
- Lleva tu huevo y... medita todo con agua caliente - Le dediqué una mirada cómplice y sin esperar una respuesta me largué de allí
Muy bien, ahora que ayude a Potter con la segunda prueba solo me queda visitar a Leila y después a mi clase de DCAO. Fui hacia el Campo de Quidditch donde ella me esperaría, pero en vez de ver a Leila vi a Luna, su mejor amiga, a lo lejos y con algo en la mano que no pude diferenciar. Me acerqué confundido y le sonreí gentilmente
- ¡Cedric! - Exclamó al notar mi presencia - Toma, es de Leila - Me extendió una carta la cual agarré y guardé en uno de los bolsillos internos de mi capa
- ¿Que le paso a ella que no esta aquí? - Pregunté. Los copos de nieve comenzaron a caer con mas intensidad y el frió era tan fuerte que te congelaba los pies a tal punto de no poder sentirlos
- Se tuvo que ir - Dijo sin mucha importancia
- ¿Que? ¿A donde? - Volví a preguntar confundido
- A la casa de su padre - Me sonrió débilmente
- ¡¿Que?! - Comencé a abrir el sobre un poco alterado y con rapidez para ver su explicación
- Yo no se nada mas que lo que dice en esa carta. Y ahora me voy porque tengo clases de encantamientos. ¡Disfruta de la nieve! - Se fue con una sonrisa dejándome solo en el medio del campo. Finalmente abrí el sobre y comencé a leer
"Querido Cedric:
Se que no es el mejor momento para irme, falta muy poco para tu segunda prueba pero necesito ver a mi padre. No lo puedo retrasar mas. Tampoco te puedo llevar conmigo, porque siendo sincera no se si llegare a tiempo para verte, por lo tanto si vinieras no podrías participar del Torneo y es algo que jamas me perdonaría. Te deseo toda la suerte del mundo y estoy segura de que lo harás excelente. Desde ya te digo que no vengas, también estuve pensando y creo que es algo que debo hacer sola, espero sepas entender.
