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- Esa es la única forma... - Exclamó el profesor Dumbledore. Tanto él como Leila caminaban en soledad por las afueras del bosque prohibido, siendo iluminados por la luna que brillaba con intensidad.
- ¿Que pasará conmigo una vez vuelva al pasado? - Preguntó ella algo nerviosa.
- Una vez vuelvas al pasado no recordaras quien eres, no recordaras este momento, no recordaras a Cedric... Tendrás una vida distinta. ¿Estas dispuesta a dejarlo todo por él? - La miró interrogando. Leila lo dudó unos segundos pero finalmente asintió con la cabeza.
- Si, estoy dispuesta. Pero tengo algunas preguntas.
- Dime...
- No recordare mi pasado, y mi familia sera distinta, mis amistades posiblemente también pero... ¿Mantendré mis poderes con los animales? - Miró sus manos llenas de cicatrices por el ultimo animal al que acarició. Desde la muerte de Cedric se había dedicado a cuidar de los animales que necesitaran ayuda. De alguna u otra forma le tranquilizaba. Cuando después de siete meses Dumbledore llegó a su casa diciendo que tenía una posible solución dejó todo atrás y viajo con él a Hogwarts.
- Si, seras tu, pero con otra historia.
- ¿Que pasa si no lo logro salvar? - Dumbledore hizo una mueca preocupado y respirando hondo.
- Tendrás que empezar otra vez, nueva vida y nueva historia - Él no le desearía a nadie vivir una vida distinta una y otra vez hasta el infinito.
- Y si lo salvo, ¿Recuperare mi memoria? ¿Y Cedric lo hará?
- Si lo logras, ambos recuperaran la memoria, únicamente ustedes dos - Hubo unos segundos de silencio. Leila tenía demasiadas dudas pero estaría dispuesta a lo que sea para salvar a Cedric.
- ¿Y... si muero? - Preguntó viéndolo como una posibilidad muy probable.
- No podrás volver a intentarlo... si mueres, sera el fin de tu historia... - Leila tragó en seco.
- De acuerdo... Estoy lista... - Ella agarro el reloj que Dumbledore le dio y una vez puesto este se derritió sobre su piel, entrando por sus venas y causándole brillos azules por todo su cuerpo.
Tardo solo segundos y ella había desaparecido, o mas bien, había viajado en el tiempo...
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𝐋𝐞𝐢𝐥𝐚:
Entré algo insegura y tímida al tren, este seria mi primer año en Hogwarts y no tenia muchos amigos. Mi mama me contó que en Hogwarts podría hacer muy buenos amigos pero jamás me dijo como.
Me adentre por el expreso buscando un sitio para sentarme hasta que encontré uno donde habían dos chicos y una chica discutiendo.
- Permiso, no encuentro lugar, ¿De casualidad podría sentarme aquí? - Pregunté señalando el espacio libre.
- ¡Claro! - Dijo uno de los niños y me senté allí dejando mi maleta a un costado. Su cabello era rojo y tenia un poco sucia la nariz. A su lado y enfrente de mi había un chico con el cabello marrón, usaba anteojos redondos y se vestía con ropa muggle. A mi lado la niña de rizos castaños llevaba puesto el uniforme negro y gris, planchado perfectamente y perfumado en exceso - Me presento, mi nombre es Ron Weasley.
- Un gusto - Contesté con una media sonrisa - ¿Y tu? - Pregunté al niño a su lado.
- Harry Potter - Jadeé de la emoción y casi me ahogo con mi propia saliva de tan solo escuchar su nombre. Asentí con la cabeza sorprendida y sin hacer ninguna pregunta para no incomodarlo. A continuación mire a la niña junto a mi.
- Yo soy Hermione Granger - Sonrió orgullosamente y elevó la cabeza.
- ¿Tu como te llamas? - Preguntó Ron.
- Leila, Leila Shine - Les devolví la sonrisa a los tres.
