Capítulo 16 | Olive

24.8K 2K 1K
                                    

Termino de aplicarme el labial y sonrío frente al espejo para revisar que el color este uniforme sobre mis labios. Me encanta.

Sé que Mandy va a decir que este color es muy llamativo, pero es de mis favoritos. Es color carmín y creo que le va bien a mi tono de piel. Reviso el resto de mi maquillaje y me quedo conforme con el resultado. Es dramático pero sin usar colores demasiado fuertes. También me gusta el resto de mi imagen.

Mi cabello está recogido en un moño, dejando dos mechones sueltos que me caen sobre la frente. Llevo puesto uno de mis vestidos favoritos. Es de color azul noche, cubierto por brillos plateados. Es de cuello redondo, y las mangas largas son de encaje al igual que toda la espalda. Incluso con los tacones me queda casi rozando el suelo.

Doy media vuelta para verme mejor en el espejo de cuerpo completo que cuelga en la pared. Asiento y me acerco al tocador para buscar mi loción. Estoy por aplicármela, pero me detengo y pienso que mejor uso la otra. La de Dior.

Esa le gustó al señor Reynolds.

Una vez me la he aplicado, caigo en cuenta de lo que he hecho. ¿Pero qué mierda? ¿He elegido esta solo porque a él le gustó? Definitivamente estoy muy mal.

No he dejado de sentirme realmente molesta porque todo el tiempo mientras me arreglaba, solo pensaba en: ¿me veré bien así? ¿Va a gustarle a él?

Elliot Reynolds está causándole serios problemas a mi estabilidad esta noche. No dejo de pensar en que él espera que le dé una respuesta a su pregunta respecto a al dichoso beso. Conociéndolo, estoy segura que a la menor oportunidad va a preguntarme si ya cambié de opinión y si admitiré que he pensado en ello. ¿Y la respuesta? ¡Mierda! Todavía no sé qué decirle.

No sé si mejor deba callar y ponerle un alto, o decirle la verdad. Es que la verdad es que sí he pensado en ese beso y si he deseado repetirlo. Sobre todo ayer que volví a tenerlo tan cerca mientras estábamos en el pasillo. Me provocó demasiado y al final me dejó solo con las ganas. Es tan bueno jugando. Lo que él quizá no sabes es que yo también puedo jugar.

Cuando la puerta de mi habitación se abre y Mandy entra, me sobresalto un poco en mi lugar.

—Uy, ¿en qué estabas pensando?— Se burla con una enorme sonrisa. —Por favor dime que pensabas en lo atractivo que se verá tu querido señor Reynolds esta noche. —Alza ambas cejas con malicia y aunque me quiero reír, me obligo a quedarme seria.

—Claro que no —ruedo los ojos y me distraigo buscando nada en la pequeña caja de cosméticos.

—Ay, Dios. Yo solo de imaginármelo tengo un orgasmo a distancia —dice con un tono extraño y muerde su labio inferior.

Hago una mueca y la reprendo —¡Mandy!

—Ya. Ya. Tranquila. No pienso robártelo. Él es todo tuyo.

—No es mío, Mandy -exclamo con desdén.

—Porque no quieres —dice en voz baja para que no la escuche, pero de todas maneras lo hago.

—Te escuché —digo viéndola a través del espejo.

Hace un desdén con la mano —Da igual. Mejor ayúdame con el cierre —dice acercándose a mí y me da la espalda para que le ayude.

Viste un bonito vestido color vino con escote en forma de corazón y de mangas caigas a los hombros. Su cabello está recogido en un moño al igual que el mío, a excepción que no se ha dejado los dos mechones al frente. Se ve hermosa.

—Listo —anuncio una vez le he subido la cremallera. Ella se gira a quedarme de frente.

—Liv, te ves realmente bella —me halaga con una hermosa sonrisa en los labios. —¿Sabes? No sé cómo el estúpido de Fred no puede valorar a alguien como tú. Eres hermosa, inteligente, exitosa y una gran persona —sus manos toman las mías y me da un suave apretón.

¿Cómo ser mi amante? (+18) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora