Demolition

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29.04.20. dyinG

Inseguridades gobernaban mi ser
en esa bruma nocturna
sin el brillo de los astros.

Me mata más que la penumbra
de cuatro paredes
en aquellas madrugadas eternas
en las que mi alma se desgarra
y pide a gritos ser liberada de este monstruo.

Creí que mi cuerpo se emborrachaba
en las propias lágrimas
que brotaban de ese vago grifo oxidado.
Pero una avalancha sanguínea
ahondó la bañera en la que yacía
y se adentró en mis pulmones,
sumergiéndome en ese mar de agonía,
exprimiendo mi corazón sin piedad alguna.

Bebí ese néctar
sabiendo lo dañino que sería,
con el designio de sacarme un peso
y huir de esos pensamientos que me mantienen cautivo.

Sé que me aterra
estallar en destrucción masiva,
pero deseaba humedecer mis labios
hasta nutrirme inútilmente
de ese éxtasis de osadía
plasmada en mi retorcido cerebro.

Tan vilmente camuflado
que me alimenta con falsas esperanzas
para calcinarme en vida.

Me anegaba en ese baño infernal,
observando la alevosía del destino.

Éste utilizó esa pequeña ilusión que sembró en mi pecho,
sólo para entregarme como anzuelo
a todos aquellos demonios voraces;
propicios para sancionar mi mente
y, como parásitos,
carcomer mis crudas entrañas,
aprovechando la lasitud irrisoria
que posee esta ración de carne pútrida.

Sólo puedo declamar mis penurias continuas
a esas constelaciones fugaces,
con el único fin de no morir
por esta manía que se apodera de mí en huesos y alma.

Tengo esa premonición de muerte
y temo por ella,
pero no hago más que esperar el derrumbe
sin siquiera moverme.

Líricos de un adolescente deprimidoWhere stories live. Discover now