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Seguir escuchando "heaven" de Julia Michaels sin detenimiento.
Capítulo 14: Sumisos.
Pasé mis dedos por sus rubios cabellos, mientras él me apretaba las nalgas. De un momento a otro, me dejó en la cama y me giró, y gracias a que traje tanga acarició mi trasero.
—Amo tu culo, Sid, lo amo —dio una palmada bastante fuerte y besó la zona. ¡Rayos! Gracias a eso me encuentro aún más empapada.
Acto seguido, me volvió a girar y me levantó. Tomó de mis manos y de espaldas, viéndome, caminó hacia la mesa con objetos candentes.
—Mira —me enseñó la mesa— toma lo que quieras de aquí y sé mi sumisa, pero antes de serlo, enseñame cómo lo harías siendo mi ama.
¿Acaso me quiere matar? Porque lo está logrando, ¡me estoy derritiendo por tanto calor!
Lo vi retirarse de mi lado y tumbarse en la candente cama, con los codos apoyados sobre esta, no sin antes colocar la caja de condones en el suelo Me vio e hizo un ademán con la mano para que prosiguiera.
Me dediqué a observar la mesa y una sucia idea visitó y se depositó en mi mente; tomé las esposas, un cubo de hielo y caminé hasta él.
Si íbamos a jugar a las cincuenta sombras de Grey, entonces lo haríamos bien y completo.
Me subí encima suyo y le quité el traje y la negra camisa. Le coloqué las esposas en las muñecas y esposarlo con los barrontes de la cama. Me quité el rojo vestido y lo lancé por alguna parte de la habitación, sintiendo un menso calor con él.
Lo besé ligeramente pero sin quitar esa chispa ardiente, y luego comencé a besar cada parte definida de su abdomen hasta llegar a su entrepierna y sentirla tan dura que me sorprendí. ¡Por todos los días lluviosos! ¡Con esta canción sonando todo parecía ser pastelillos de color rojo ardiente!
Bajé sus pantalones oscuros y le quité las medias y zapatos del mismo tono, dejándolo en solo bóxers.
—Richards, Richards, Richards —comencé con picardía— recuerdo que me dijiste que "los chicos buenos van al cielo, pero los malos te lo bajan", y que tú no solo me bajarías el cielo, sino que también las bragas.
—Síe —¿eso qué era? ¿Ruso, Italiano, Alemán?
—¿Cuántos idiomas sabes? —indague con una ceja elevada.
—Las suficientes como para decirte miles de groserías y no me entiendas —sonrió malicioso— Ahora ama, haz conmigo lo que se te plazca —jadeó.
—Tranquilo, aún no termino mi frase —le sonreí a través de la candente y roja luz de la habitación— Si los chicos como tú me bajarían el cielo y las bragas, entonces las chicas como yo te bajariamos los bóxers y llevarte a conocer las estrellas, Richards.
—Entonces hazlo, ama. Soy tu sumiso, ¡llévame a las estrellas como tú dices jurar! ¡No interesa la forma en que lo sea, solo hazlo, joder, hazlo! —vaya, al parecer tenerlo esposadoñ lo traía malditamente mal hormonalmente.
—Shuuu —posé mi dedo índice en sus suaves y apetitosos labios, haciéndolo callar— cierra los ojos y sentirás el placer, porque te complaceré como ella no lo hace, oh, joder que sí.
Acto seguido lo vi cerrar los ojos e impacientemente respirar, y comencé a bajarle los putos bóxers que para lo único que servían eran para estorbar. Yo también me quité las bragas y me monté sobre él, tomando su miembro entre mis dedos y metermelo dentro mío lentamente, complaciendonos al mismo tiempo.
—¡Joooder, Sidney Brown, si sigies así no querré volver a verte alado de ese imbécil de Chase nunca más! —gimió.
Solté una pequeña risilla.
Comencé a cabalgar encima suyo, sintiendo el placentero momento. ¡Maldita sea, lo disfrutaba demasiado!
Y justo antes de que se viniera dentro mío recordé que no usamos protección, teniendo una caja entera. ¡Qué estúpida! Yo y mo puto calentón.
—¡Josh, no usamos protección! —chille al levantarme de encima suyo.
—Mierda —maldeció por lo bajo— yo estoy limpio, no sé tú.
—Yo también —admiti algo avergonzada por la situación.
—Entonces ponme el damné condón y prosigue, belle.
—Estoy confundida, porque soy tu ama pero tú me mandoneas —volví a emitir una carcajada.
—Entonces quítame estas estúpidas esposas que me prohíben tocarte para que sea yo él que te monte, Sid, yo te bajare el cielo y te lo entregaré, y también seré yo él que te acompañe en el éxtasis.
¡¿Cómo mierda hace para ser tan coqueto, arrogante, sexy, perturbador, depravado, y con un toque de romanticismo a la vez?! No, solo digo para casarnos. ¡Momento! ¿Qué clase de pensamiento es ese? Y la pregunta del millón: ¡¿qué será de la pobre de mí?!
Eso lo veré luego, esta noche me gozo.
Lo despose con las llaves que se encontraban en la mesa, liberandolo, o tal vez a la fiera que me tomaría y me haría suya.
Tomó de la caja de condones uno de ellos y quitó el envoltorio. Pero entonces me vio y sonrió con picardía.
—¿Quieres hacerlo tú? —sí, sí quiero, porque quiero sentir tu duro y apetitoso miembro en mis mano y boca.
—Sí, amo —afirmo y me lo entrega, inmediatamente se lo colocó, ya sintiendo el deseo candente de querer tenerlo dentro mío, ¡ahora, en este instante!
Y sin muchos juegos, entra en mí tan salvajemente, haciendo que grite del placer, y que sintiera el cielo sobre mí, como si me lo hubiera bajado solo para mí, tal y como él lo juró.
¿Dónde quedó la fiel y casi nada perversa Sidney Brown? Se perdió, se extinguió, porque la nueva, con pensamientos sucios solo desea a Josh y su sexo, no quiero a nadie más enmedio de mis piernas.
—¡Entra más profundo, Josh Richards, hazlo! —es lo que jadeo casi a gritos, abriendome más de piernas para que tenga mejor acceso a mi zona.
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Síe: sí.
damné: maldito.
Nota: espero y les hayan gustado los capítulos.
Justamente estaba escuchando "Querido amigo" de Paulo Londra y la canción me hizo acordar demasiado a este y el anterior capítulo, jsjsjs; es que nuestra querida Sidney se está convirtiendo en toda una perra-perrisima.
Bueno...
Hoy quiero saber ¿cuántos años tienen?
Pdt.: estoy aprendiendo italiano y un poco de francés, ¿bene?
¡Arrivederci!
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tocarte. » j.r [✔]
Fanfiction❝Si enamorarme del familiar de mi novio es pecado, entonces pecaré.❞ || contenido adulto|| ※Inicio: 7/9/20 ◌Publicación: 12/9/20 ❁Fin: 26/7/21