Always-Nuevo inició.

~SUCESOS~

Esa misma noche después de la prueba, Harry no espero más y fue en busca de Draco, necesitaba saber el motivo por el cual no se había presentado en la segunda prueba para darle aliento.

Lo encontró en la torre de astronomía, en un rincón apartado de la vista de  otros alumnos, no parecía estar de humor, se le notaba por la cabeza agachada mientras la oscuridad de la noche caí sobre sus hombros.

Harry se acerco rápido a el, le toco el hombro y el rubio levanto la mirada hacia los terrenos

—Desde ayer te estuve buscando—le dijo—. Pensé que estabas enfermo...

—Se entero—le comentó con la voz neutra,  reprimiendo lo que en verdad sentía.

—¿De que hablas?

—Snape... El profesor Snape se enteró de que tu y yo...

Harry fruncio el ceño.
—¿Y eso nos debería importar?

Draco río por un corto segundo, giro el rostro para mirarlo a los ojos.
—Por si no sabes, es mi padrino. Y no esta muy feliz con la noticia—le dijo—. Y por si fuera poco amenazo con decirle a mi padre. Por lo que...—bajo un poco la mirada—... Creo que esto se termina, es lo mejor.

—No puede amenazar—se enojo Harry apretando levemente sus puños—. ¡El no es nadie!

El rubio se encogió de hombros.
—Alguien le fue con la noticia—le dijo—. El no lo creyó... Pero es bueno preparando Veritaserum... El mejor...—resoplo—. Sabes, mejor me voy a dormir.

Harry intento detenerlo, pero Draco se soltó con fuerza y bajo de la torre.

~•~

A la mañana, el humor de Harry no había mejorado, al contrario se encontraba furioso y algo melancólico, no podía soportar la presencia de Draco, como tampoco la de Ron. Algo dentro de el, le decía que había sido el pelirrojo el chismoso.

Cuando Snape volteo la mirada para escribir en la pizarra los ingredientes de la poción de aquel día,
Harry aprovecho para encarar a Ron, lo cual se hizo fácil debido a que compartían mesa con Neville. 

—Aun no entiendo porque siempre encuentras la forma de joder mi vida.

Ron volteo el rostro para quedar frente a frente con el.
—La próxima vez que me hables de esa forma te romperé la cara.

—¿Y porque no lo haces ahora?

—veo que si te afecto, como te quitaron al novio ahora estas buscando otro tipo de problema. No me era de extrañar.

—Se que fuiste tu, maldito miserable—le dijo y golpeo con ambas manos el pecho del pelirrojo, el cual retrocedió y golpeo por accidente a Neville quien se sentía preocupado por el comportamiento de ambos.

—¡Yo no tengo la culpa de tus secretos asquerosos y raros!—se defendió Ron devolviendo el golpe. 

Snape dejo caer algo con fuerza y se dirigió rápido al lugar donde se encontraban los tres.

—¡Señor Potter!—le dijo con voz fría—, no permitiré que interrumpa mi clase ¿Comprende?   Diez puntos menos para Gryffindor. Tambien Potter ponte de pie a la mesa
que está enfrente de la mía... ¡Muévase, ya!

Furioso, Harry echó los ingredientes y la mochila en el caldero, dirigió una ultima mirada severa a Ron y camino hasta la mesa vacía que había en la parte de delante de la mazmorra.

Snape lo siguió.

—Escuchame bien Potter—le dijo con una voz tan baja que solo el pudiera escuchar—. Puedes engañar a otros, pero solo yo se la clase de persona que eres. Aun no conoces de lo que puedo ser capaz, por lo que te convendría alejarte del señor Malfoy, por tu propio bien.

Harry trataba de ignorar lo que decía, concentrándose en preparar su poción.

—Dumbledore cree que lo sientes es una clase de amor... Yo pienso que eres un oportunista de primera. Solo espero conozcas tu lugar, solo concentrate en crear un poción decente, que ni para eso sirves.

Las mejillas de Harry se sonrojaron de la cólera, pero continuó cortando Ingredientes, cuando pensó que seguiría recibiendo opiniones de Snape, la puerta de las mazmorras se abrió de manera brusca, todos giraron los rostros asustados y asombrados, el que había ingresado era Karkarov.

¿Porque llegó? ¿De que quería hablar con Snape?

Harry nunca lo supo, ignoro todo por tener la cabeza caliente por el enojo.

~•~

Cuando la ultima semana de mayo llegó, Harry pensó que ya nada peor podría pasar, pero término por equivocarse, cuando al final de una clase de
Transformaciones, lo llamó la profesora McGonagall.

—Esta noche a las nueve en punto tienes que ir al campo de quidditch—le
dijo—. El señor Bagman se encontrará allí para hablaros de la tercera prueba.

Con algo de pesimismo, Harry se dirigió hacia el campo, no tenía ganas de hacerle frente a ninguna otra prueba.

Lo único bueno que encontró, fue que la  tercera prueba era más sencilla que las otras, el cual consistía en resolver un laberinto y llegar al centro para conseguir la Copa de los tres magos.
El primero en llegar iba a ganar y todo terminaría.

Después de la explicación que dio el señor Badman, los campeones se fueron retiraron, excepto Harry quien fue retenido por el mismo Badman, al cual se le notaba feliz.

—Ven, Harry, conversemos—le dijo mientras caminaba más lejos del campo—. Te debo decir que tu desenvolvimiento en la segunda prueba me asombro, eso te dará ventaja en el laberinto.

Harry solo asintió siguiéndole el paso. El señor Badman siguió conversando con entusiasmo... Hasta que un ruido los desconcentro,
detrás de un alto roble salió tambaleándose un hombre.

Por el aspecto, que parecía al de un vagabundo, ambos tardaron un momento en darse cuenta de que se trataba del señor Crouch, el cual incluso  decía palabras incoherentes a un árbol.

Harry se trató de acercar despacio, pero a unos cortos metros de distancia... el señor Crouch se derrumbo y Badman se acercó rápido.

—Tengo... que ver... a Dumbledore... He hecho... idioteces...—murmuraba Crouch.

Badman no espero y le dirigió una mirada a Harry.

—Ve por Dumbledore—le ordeno agachado, pero luego cambio de opinión de manera brusca—. ¡No! No. Olvidalo. Mejor ayudame a ponerlo de pie.

Mientras el señor Crouch seguía hablando incoherencias con referencia a su hijo y una persona muerta.
Badman y Harry lo llevaron hacia el castillo, cuando estaban a unos metros, Badman le pidió que vaya el por Dumbleadore debido a que el señor Crouch se negaba a seguir caminando y técnicamente lo estaban arrastrando. 

—Claro, si—murmuro Harry agitado e ingresó al castillo, pensó que lograría llamar rápido al director pero término demorando debido a que la contraseña del despacho del director ya no era la misma.

Luego de un corto tiempo, la gárgola se movió y  aparece Dumbledore detrás.

—Harry ¿Hay algún problema?—le preguntó.

—¡Profesor!—dijo rápido—. El señor Crouch está aquí. ¡Está en el bosque, y quiere hablar con usted!

—Llévame hasta allí—le indicó de inmediato, y fue tras él por el corredor.

—¿Qué ha dicho el señor Crouch, Harry?—preguntó Dumbledore cuando
bajaban apresuradamente por la escalinata de mármol.

—Dice que quiere advertirle... Dice que ha hecho algo terrible... Menciona a su hijo...

Cuando salen del castillo, encuentran en la entrada a Badman con el señor Crouch, quien se encontraba inconsciente.

—Se acaba de desmayar—les dice con la voz agitada.