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17| "A tu novio decirle bye."

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Recomendable leerlo con la canción de Alex Rose, Cazzu, Lenny Tavarez, Lyanno & Rauw Alejandro; "Toda, " para una mejor lectura.

Capítulo 17: "A tu novio decirle bye."

Acto seguido me quitó la falda negra que tenía puesta y las bragas, las dejó en el mesón. Lo vi sacar un condón del bolsillo de sus pantalones.

-Ponmelo, sumisa mía -ordenó.

-Sí, mi amo -tomé el pequeño paquete gris y lo abrí con los dientes, pero entonces la lamparita en mi cabeza se encendió. Me bajé del mesón, haciendo que frunciera el ceño.

-¿Qué haces? -preguntó cabreado.

-No te cabrees, Richards, que dejarte con el calentón y mandarte a la mierda no está en mis planes -sonrió. Me incline hacia su erecto miembro, y le bajé los pantalones negros y luego a sus bóxers. Me coloque de la mejor forma el condón en la boca e hice que se lo colocara en mi boca.

Me levanté para estar a su altura y luego besarlo con tanto deseo.

-Sí que eres toda una perra -eso debería de haberme afectado, pero solo me encendió aún más. Me giró sobre el mesón y me posicionó en cuatro.

-¿Josh? -pregunté, ya lista para recibirlo.

-¿Sí, linda y mala niña? -entró en mí con tanta fuerza que gemi alto.

-¿Para ti soy una puta? -al parecer sí que me hizo un poco de mal efecto, porque sentí las lágrimas arremolinarse.

-No, Sidney. Tú eres mi puta, solo mía, que es diferente a ser una de otros -y solté esa primera lágrima sin que se inmutara ya que luché para no sollozar en voz alta- Te maltrataré, Sid, te haré gemir tan alto y te dejaré en silla de ruedas por todo un año. Lo prometo.

No pude evitarlo y solté una pequeña carcajada.

-¿Cómo es qué haces para ser tan caliente, serio, hijo de puta y con un toque de romántico al mismo tiempo, eh?

-Ay, Sidney -entró más a fondo en mí- Cuando tienes magia, no necesitas trucos.

-Maldito coqueto -confese y luego grité tan fuerte por sentirlo tan profundo en mi trasero, una y otra vez.

-¿Te gusta, Sid?

-¡Mucho! -exclame- ¡no pares!

-No pienso hacerlo, puta mía, no parare.

(...)

Josh salió de mí y yo sentí nuevamente las lágrimas deslizarse por mis mejillas.

-¿Por qué no bajas? -me preguntó, haciendo referencia a por qué no bajaba del mesón- Vamos, ven, te ayudaré a ponerte la ropa -oí esa picardía en su tono de voz.

Suspire rendida y aún derramando lágrimas, y me giré en su dirección viendo que ya se encontraba completamente vestido.

-¡Pero Sidney! ¿Qué te sucede? -me tomó por los hombros- ¿por qué lloras? -me abrazó.

Josh nunca me había abrazado, y se sentía bien porque su olor parecía una droga para mí. También lo abracé, derrumbandome.

-¿Qué te ocurre, preciosa? -se separó un poco para verme y quitarme algunas lágrimas de mi cara- ¿quieres hablar de ello?