"Su primera fiesta"

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ANTES DE LEER: BASADA EN OCHO AÑOS MÁS TARDE A LA LÍNEA ACTUAL DEL MANGA.

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Becky Blackwell estaba próxima a cumplir años, de hecho, le había dicho a Anya desde hace ya una semana con antelación de que debía asistir a su fiesta. Durante los recesos se la pasaba pensando en voz alta sobre qué debería escoger para ese día, qué pastel, qué vestido, qué decoración y menú, pues el derroche no era problema para la hija de un hombre con mayor poder adquisitivo en el país gracias a la armería.

Claramente ésto se debía a que era la única entretención real que tenía en sus cumpleaños, además de lo que podía controlar; ya después de eso, la celebración acababa en una reunión social elitista en donde un par de niños que nunca se molestó en recordar sus nombres. Le entregaban obsequios que no se ajustaban siquiera en sus intereses mientras los padres conversaban sobre negocios y las madres de moda.

Becky, durante los seis años de amistad que llevaba con Anya, jamás se molestó en invitarla antes, pues a lo largo del tiempo prefirió las actividades más “sencillas” un día antes o después de esas reuniones. Por lo general salían de compras, comían helados, simplemente eran lo que eran: niñas.

Pero esta ocasión fue diferente, pues desde el año pasado se ha presentado Damian Desmond en dichas reuniones y en esa ocasión preguntó por Anya. De hecho, las pocas palabras que intercambiaron fueron por ella.

Becky era demasiado perspicaz para su edad.

—¿No invitarás a nadie más? —cuestionó de imprevisto de cabellos rosas, a lo cual tomó con la guardia baja a la azabache quien estaba garabateando en una hoja de papel cómo debería verse el salón principal, mientras Anya comía su refrigerio.
Los ojos verdes de ella yacían en la hija de los Blackwell con curiosidad, queriendo ver si su pregunta haría cambiar de opinión a la de coletas y se animara a invitar a más personas.

—Tienes razón, debería expandir aún más mi círculo social, pero varios niños son unos mimados y mocosos y no me caen bien —bufó con desgano la chica—. Así que solo me basta con que estés tú, Anya. Además, ya van otros niños de por sí, quiera o no —habló haciendo insinuación al segundo hijo de Desmond, pero claramente su amiga era demasiado despistada como para notarlo.

Anya, por otro lado, solo recordaba lo que había dicho Twilight la primera vez que salió con Becky, era bueno mantener buenas relaciones con ella para la misión, así que esperaba que todo fuera viento en popa.

La campana sonó dando a entender que la hora de receso ya había terminado y ambas mejores amigas decidieron llegar pronto a clase sin contratiempos, pues el profesor a cargo detestaba los retrasos (de hecho, la última vez había tomado de imprevisto a dos niños y los castigó poniéndolos como ejemplos al estar de pie durante toda la clase a mitad de la pizarra, obteniendo obviamente una Tronitus).

Cuando las chicas llegaron al salón, tomaron sus asientos correspondientes; no se sentaban juntas ya que el docente encargado de la casa Cecile había determinado los bancos confiando en mantener el orden durante las clases.

Para indiferencia de Anya, ella se sentaba con Demian, sin embargo para éste último le valía una constante incomodidad al estar cerca de ella. 

Seis años y Anya Folger seguía provocando la misma agradable, extraña y a veces frustrante emoción para el pobre puberto en desarrollo.

—Por los pelos —se animó a comentar—. Sé más prudente, Folger.

—Agradezco tu preocupación, Segundo —respondió a cambio sin mayor emoción.

Al menos, Anya ya no era la misma niña hiperactiva que conoció, aunque seguía siendo un payaso andante cuando quería con sus morisquetas y reacciones, además, ya estaba mostrando ciertos signos de madurez no solo física, sino también mental.

Forelsket • Spy x FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora