Capítulo 5. Presente.

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Emily.

Camino hasta la oficina de Magnus con un florero de cristal y un grupo de tulipanes azules que encontré cerca al palacio. No sé si le gusten pero al menos espero que aprecie el gesto.

Los guardias dudan al verme, decidiendo internamente si me permiten o no el paso, sin embargo al final se decantan por la primera opción.

Magnus ya ha traído todos los enseres se su oficina hasta acá y desde esta mañana se ha puesto al día con todos los pendientes que dejo a un lado, cosa por la cual decidí no molestarlo en todo el día.

En el momento en que ingreso al lugar, me sorprendo al ver a Gregorie y Magnus envueltos en una animada conversación, la cual es silenciada por mi presencia, llevándome a desconfiar inmediatamente.

- ¿Pasa algo? - Pregunto ante su extraña actitud.

El rey Lacrontte le da una mirada de advertencia a su primo, quien opta por quedarse callado.
Intento ignorarlos mientras coloco las flores sobre la mesa, ganándome ahora la mirada de mi esposo, quien no duda en recriminarme.

- ¿Qué son esas cosas?

- Flores, ¿te molestan?

- Supongo que no, pero ponlas donde no las vea.

- Bien, las cambiaré pero solo si me dicen de qué estaban hablando.

El silencio vuelve a pasearse por la estancia con miradas cruzadas entre ambos hombres Lacrontte. Es desesperante entender que están ocultándome algo.

- Díganme que ocurre. - Ordeno molesta.

- Ella tiene derecho a saber y decidir. - Gregorie le recrimina a su primo.

- ¿Decidir qué? Odio las divagaciones.

- ¡Cállate, Fulhenor! Ya he dicho que no y esa es mi última palabra.

- Magnus intenta ser un poco racional.

- No la quiero cerca a ese hombre. - Se levanta dando un golpe seco con sus puños cerrados.

- Exijo saber qué es lo que pasa. - Coloco las manos en mi cintura para acentuar el pedido.

- Necesitamos que consigas información para nosotros. - Se adelanta a decir Gregorie.

- ¿De qué tipo?

- ¡He dicho que no hará eso! - Discrepa mi esposo. - Yo citaré a Lerentia y la manipularé para que me diga lo que necesitamos.

- Ella no te dirá nada. Te odia, Magnus. - Contraataca Fulhenor. - La única persona que puede hablar con la verdad es Stefan, él jamás le mentiría a Emily.

- Ya lo ha hecho ¿qué te hace pensar que no lo hará esta vez?

- No perdemos nada con intentarlo.

- No voy a arriesgarla. No hay manera, así que no insistas.

- ¿Qué tengo que hacer? - Mi voz se escucha segura pero en el fondo estoy realmente nerviosa.

La mirada colérica de Magnus se posa sobre mi con fiereza. Su respiración es pesada y sus ojos están completamente oscuros.

- Necesitamos confirmar que Stefan no apoyó a los rebeldes en el ataque que tuvimos hace unos días. - Explica el rey de Cromanoff. - Y aunque ya tenemos una información parcial sobre su inocencia en el asunto, necesitamos estar completamente seguros para descartarlo y enfocar la mirada en otras personas.

- Yo puedo hacerlo. - Cedo segura de poder lograrlo.

- ¡No! - La voz de Magnus se extiende como un trueno. - No saldrás de aquí. Te traje a este palacio para protegerte del mundo. Estas en un estado riesgoso y no te voy a exponer por una tontería.

El corazón del Rey. [Rey 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora