37.

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—¿Ningún hechizo de transformación?

—Es riesgoso.

—¿Poción?

—No sé, tú eres el ahijado de Snape.

—No sé nada, Diggory, ya te lo hubiera dicho.

Era una tarde antes de la segunda prueba, y Draco estaba ayudándole a Cedric para una segunda opción de respirar bajo el agua, todo esto estaba llevando a Draco a un estrés que no conocía antes. Libros y libros, desde que se acabaron las clases Cedric lo arrastró a la biblioteca pidiéndole ayuda a pesar de que ya tenía un hechizo que lo podía ayudar, y que Harry este al otro lado, no lo ayuda.

Cinco días pasaron desde la confesión de Harry y siempre lo veia por los pasillos y luego en la biblioteca escuchaba a Hermione diciendo siempre que era el próximo día la segunda prueba ya que según ella era un método para apresurar a Harry. Y su maldito gato no lo dejaba en paz, por más que lo dejaba a Theo para dárselo a Herms, el gato siempre volvía a él, incluso esta con él en ese mismo momento.

—Ya tienes una forma de hacerlo, no veo porqué necesitas otra—dijo cerrando un libro—, es efectivo, ya lo intentaste y no entiendo porque la prisa de decirme lo que significa todo hace unas horas.

Cedric soltó un bufido y cerró también el libro, se agarró el cabello por las dos manos y le sonrió a Draco, estiró su mano y le agarró la mano al Slytherin.

—Quería ver si podía haber una segunda opción—dijo alzando los hombros y luego apretó su mano—, gracias por ayudarme.

—No tenía nada mejor que hacer—mintió Draco rodando los ojos con su aire de superioridad Malfoy.

Cedric soltó una de sus típicas risas cortas y se acercó para darle un beso en la mejilla, haciéndolo sonrojar, cuando se alejó le sonrió y alzó sus cejas.

—Vamos, Draco. Te dije que sería muy cariñoso—le dijo luego guiñándole un ojo.

—Púdrete.

Pero también estaba sonriendo tratando de no reírse por la risa contagiosa del chico.

A los pocos segundos, llegó una Hermione agitada.

—¿Siguen ocupando los libros? —preguntó ella.

—Toma todos, Herms—le dijo Draco señalando el montón de libros.

Ella suspiro y recogió todos los libros, como si no fueran nada comparado con lo que leía en un mes, pero ya cansada.

—Herms, puedo ayudar a Harry tal vez... —empezó a decir el rubio.

—Draco, ahorita estoy ocupada, hablaremos luego, ¿si? —dijo ella ignorando las palabras que de seguro no había escuchado, luego vio a su gato y sonrió—, le agradas.

Y se fue, dejando a un Slytherin, un Hufflepuff y un gato viendo como su desastrosa cabellera se movía.

Cedric se acercó otra vez pero esta vez estaba acariciando a Crookshanks, quien al sentir la caricia, cerró sus ojos y se acomodó más en las piernas de Draco, ronroneando. El rubio que tenía su cabello ahora plateado por la luz que se reflejaba, rodó los ojos al sentir al gato.

—¿Cómo dijiste que se llamaba?

—Yo le digo "Maldita Bola de Pelos" —gruño Draco, pero vio la mirada de Cedric y rodó los ojos—. Crookshanks.

—Mmm, yo si tuviera un gato la llamaría Cassiopea—dijo Cedric mirando con una sonrisa al gato.

—¿En serio? —preguntó—, pensé que serías mejor en los nombres.

Catching FeelingsWhere stories live. Discover now