XX (MARATÓN 2)

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Camilo se encontraba cansado, había tenido una reunión muy pesada con dos empresas de moda, las más reconocidas de Colombia.

_Buenas tardes don Camilo- saludo una muy sonriente Sandra.

_¿Y Patricia dónde esta?- respondió tajante él pues conocía la clase de fichita que era aquella mujer, en el pasado quiso seducirlo para que la ascendiera a asistente por eso suponía que le estaba haciendo la vida complicada a Paty y estaba seguro, aunque ella no se quejó, que fue esa secretaria quien la engaño esa noche para que quedará hasta tarde en la oficina.

_Disculpe don Camilo que se lo diga así pero esa mujer es una irresponsable, se fue sin decir nada y dejo todo el trabajo votado.

A Camilo le extraño, su mujer era muy responsable, algo tendía que haberle pasado para que se vaya así, sin dar explicaciones, lo peor paso por su cabeza ¿estará bien mi hija? pensó mientras iba rumbo a su oficina para llamarla.

Un tono, dos tonos, tres tonos y no le respondía, ya la había llamado tres veces y comenzaba a inquietarse, parecía que la había tragado la tierra, llamo a la casa y no había respuesta.

_¿Hace cuanto se fue Patricia?- le pregunto de forma brusca a su secretaria.

_Hace media hora doctor- respondió esta mientras daba un pequeño salto en su lugar sorprendida ante el tono de su jefe.

Camilo tomó las llaves de su carro y sin decir nada se fue apresurado a casa, sabía que algo estaba pasando con su Paty y moría por dentro al pensar en lo peor.

Abrió bruscamente la puerta, corriendo hacía la habitación mientras la llamaba pero no había respuesta, entró y la encontró en el suelo, inconsciente.

Se arrodillo a su lado con la intención de socorrerla cuando noto que estaba sangrando, sin mirar demasiado la herida, la tomo en brazos y fue rumbo al hospital.

Patricia fue socorrida inmediatamente por los médicos debido a lo avanzado de su embarazo.

Camilo caminaba de un lugar a otro, no entendía que había pasado, estaba nervioso, se estaba muriendo por dentro y nadie venía a decirle nada, la sola idea de perder a Patricia o a su hija lo mataba, no era capaz de imaginar su vida sin sus dos amores.

_Disculpe ¿usted es familiar de la señora Patricia Fernández?

_Sí doctor, soy su marido ¿cómo esta Patricia y la bebé?

_Tranquilo señor que su esposa y su hija están perfectas solo que la señora tenía baja la presión, quizá se deba a que no comió bien o a algún disgusto fuerte pero eso fue lo que genero el desmayo pero tranquilo que solo debe descansar un par de días y en lo posible que no haga nada forzoso hasta que nazca la bebé.

Al escuchar aquello Camilo sintió que volvió a la vida.

Él golpeo la puerta esperando una autorización para entrar, su esposa estaba en una camilla, con suero y un monitor de control pero en cuanto lo vio dio vuelta la cara.

Él confuso por aquello, intento tomar su mano para que lo sintiera cerca pero esta lo rechazo.

_Mi vida que susto me diste- mencionó él intentando nuevamente tomar su mano sin mucho éxito- Paty ¿qué sucede? ¿hice algo malo? perdóname mi amor pero ya no estés así, te necesito mi vida- dijo él.

_¿Me necesitas?- dijo ella achinando los ojos con enfado.

_Mi vida, yo te necesito como el aire que respiro, te necesito como un pez necesita del agua para vivir, te necesito completamente, eres mi vida, mi alma, mi cuerpo, mi todo.

_¿Ah sí?- respondio ironica.

_Ya Patricia dime que te sucede.

_Porque mejor no vas y se lo preguntas a ella.

_¿Ella? 

_Ahora te dio demencia- bramo la rubia.

_¿Qué? ya mujer dime de que hablas ¿quién demonios es ella?

_Sandra, tu amante.

_¿Mi qué?- se carcajeo él por las ocurrencias de su mujer- ¿De dónde sacaste eso?

_¿Acaso te conté un chiste o qué? eres un descarado, en vez de darte vergüenza te ríes.

_Es que ¿por qué me daría vergüenza?

Patricia no podía creer lo que oía, ese tipo realmente era un descarado, un sinvergüenza como podía estar tan campante luego de que había sido descubierto.

_¿De dónde sacaste esa idea?

_La escuche de esa- respondió ella mencionando con desprecio la ultima palabra.

_Dime una cosa Patricia ¿no se te ocurrió antes venir a preguntarme a mi que sucedía? Solo voy a decirte que jamás tuve nada con esa mujer ni con ninguna trabajadora de mi empresa y me asombra de tu parte.

_¿Me dices la verdad?

_Claro que sí, te lo juro.

_¿Y por qué ella dice lo contrario?

_Porque esta loca, no lo sé Paty pero esperaba que confiaras más en mi.

_Lo siento Cami, es que me sentí, me sentí- era incapaz de terminar aquella frase, su orgullo no se lo permitía.

_¿Celosa?

_Si- dijo ella con pena.

_Patricia tu sabes que soy un hombre muy celoso e igual confió en ti porque te amo pero espero lo mismo de ti, no dejes que alguien de afuera arruine lo nuestro, a nuestra familia.

_Tienes razón amor, perdóname.

_No te preocupes que yo arreglaré esto.


Polos opuestosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora