Sendero del Amor

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Lentamente te despojo de tus prendas,
El caer de tus vestidos es un deleite a las pupilas y un gozo para mi boca
Con musitado morbo separo botones,
Bajo cierres, abro telas y se hace más visible tu desnudez

Voy vislumbrando debajo de los lienzos
Tu hermosa piel, tus formas perfectas,
Poso mis manos sobre tus suculentos, perfectos, delineados y bellos pechos
Ruedo mis dedos hacia tu fruto divino
Hacia la aventura, la pasión.

Milagro divino el haberte conocido,
De verte desnuda ante mi,
Mostrando a mis pupilas algo tan hermoso como el amanecer
Tus diabólicas formas,
Sensuales, firmes, seguras.

Eres un ser imponente,
Cual escultura al arte del ser y que solamente me hace feliz verte a ti
Monumento a la perfección femenina,
Homenaje al deseo que se muestra en tu mente y que lo quiero cumplir con mi cuerpo

A esa única forma tuya de llevar la ropa,
A esa única forma de deshacerte de ella,
A la manera en como forro mi poderosa espalda para entrar en tu oscura cueva
Tus fuertes piernas, tus enormes brazos.

Repentinamente me has hipnotizado,
No puedo continuar, no puedo seguir,
No creo que seas real, no puedes ser real,
En verdad eres un Diosa tan perfecta que me hace cumplir todos sus mandamientos

No puedo dejar de mirarte, de admirarte,
No puedo dejar de emularte, me has embelesado,
Eres un ángel, convertido en mujer ,
Para deleite de una hombre como yo
Para suerte mía.

Eres un ser alado, con imaginación demoníaca y visiones dimensionales
Con amor celestial y fantasía perversa,
Con tacto suave e instinto animal,
Con sabiduría divina y mirada de amante.
Eres un pecado, con sentencia mortal,
Pero tentación al fin de la cual no puedo escapar

Me rindo ante la excitación,
Ante la estimulación de tus manos,
La incitación de tus ojos,
La provocación de tu sexo,
Aquel que quema mi sexo
Y calma mis deseos.

Dios, es tu vientre perfecto
El que me roba el aliento
Y me moja el instinto,
Y por ti vida mía,
Mataría, nacería,
Haría un milagro.

Por ti detendría el tiempo,
Por ti haría lo imposible,
Por una noche perdida en tu cuerpo de acero,
Amarrada a tu sublime esencia,
Enredada entre tus bellos pliegues,
Aferrada a tu hermosa espalda,
Al sostén de tu cuerpo,
Al recoveco entre tus piernas.

Mis manos desesperadas tocan tu piel,
Te moldean, te suavizan, te reconocen,
Mis labios te exigen, te recorren, te muerden,
Te humedecen, te beben, te lamen, te acarician

Mis piernas rodean tus caderas,
Tu mástil se hunde entre mi sexo,
Mi sexo quema tu deseo,
Y el fuego nos invade,
Nos quema, pulveriza la razón,
Nos enloquece, nos consume.

El mismo fuego que provoca la explosión,
Estallamos en mil rosas de fuego,
Esparciéndose en nuestro cuerpo,
Inundando la alcoba de esa peculiar fragancia,
Y así, el deseo se torna en calma
Y la calma en sentimiento, en amor. No hay dimensiones que definan tu belleza ni tampoco museos para semejante arte. Desde que lami el fruto de tu cueva quede encantado de lo oscuro que es tu naturaleza.

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