Yuri on Ice! x OC x Haikyuu!! [¿Una Nueva Gata En La Cancha?]

○●Capítulo 5●○

A la mañana siguiente se despertó con el sonido de un mensaje. Era Mila, su amiga y compañera de la pista de patinaje de Rusia:

Mila🤍: "¡¡¡Hola Rinaa!!! Escuché de Yuri que habías llegado bien a Tokyo y me alegro mucho. Espero que todo te vaya genial de ahora en adelante, pero no olvides venir a visitarnos de vez en cuando, que voy a echar mucho de menos las fiestas de pijamas de todos los findes y las tardes de salir de compras🥺🥺.

¡¡¡Davai, pequeña gatita!!!💕"

Rin: ¡¡¡Hola Milaaa!!! Lo cierto es que este fin de semana iré a veros para entrenar un rato, pero eh. También tendréis que venir vosotros de vez en cuando aquí 😉. Hoy voy a buscar algún centro comercial para salir de compras cuando vengas.

¡¡¡Davai, pelirroja increíble!!!💕

_Nota de autora_: Davai significa suerte en ruso.

Luego, se preparó para buscar la pista de patinaje: mallas negras y una camiseta de manga corta y cuello alto, una sudadera negra y una chaqueta azul, blanca y roja en la que ponía Rusia. Se enorgullecía de poder llevar esa chaqueta que representaba a su maravilloso equipo. Viktor, Mila, Yuri y Giorgio. Los mejores patinadores, con el mejor entrenador, Yakov.

Cogió la bolsa en la que llevaba sus patines blancos, perfectamente limpios y cuidados, se hizo una coleta y salió de casa.

- ¿Dónde habrá una? No sé dónde debería buscar - dijo ella mientras tecleaba en su móvil buscando pistas de hielo cercanas.

De repente chocó con alguien cayéndose de espaldas, al igual que la otra persona.

- Ay, discúlpame. Iba corriendo y no te vi y... lo siento, ¿estás bien? - dijo el chico levantándose con velocidad para tenderle la mano y ayudarla a levantarse. Aparentaba ser de su misma edad. Tenía un peinado extraño, pues, tenía el cabello castaño oscuro, exceptuando un mechón del flequillo que era rubio.

- ¿Eh? Si. Si. Tranquilo. Estoy bien. ¿Tú te encuentras bien? Yo tampoco iba mirando por donde iba y... ya sabes... - dijo tomando la mano del chico para levantarse - gracias, esto...

- Nishinoya Yuū, a su servicio, señorita - dijo él haciendo una reverencia.

Ambos empezaron a reír

- Encantada, Nishinoya-kun. Yo soy Akabane Rin. - sonrío dulcemente.

- Encantado de conocerte - dijo él con un gran sonrojo.

- Esto... ¿y a dónde te dirigías tan rápido? - preguntó ella.

- Un familiar me mandó a comprar una cosa en la tienda, y quería volver rápido a casa para poder salir a pasear por el parque. ¿Has visto los cuervos del parque? Llevaba mucho sin ver cuervos así... Deberías venir conmigo a verlos... bueno, realmente antes del verano vi cuervos, pero... Ay discúlpame... ya me callo. - acabó con timidez

- Jajajajaj - rió la chica. - Eres muy agradable, Nishinoya-kun. Y estaría muy feliz de ir a ver cuervos contigo - siguió riendo amigablemente.

Nishinoya intentaba controlar su sonrojo lo mejor que podía, pero ya era imposible. Esa risa, esos ojos, esa voz... los tendría en la mente durante mucho tiempo.

- Y esto... ¿tú... te has perdido? ¿O ibas buscando algún sitio en especial? No te había visto por aquí nunca, Akabane-chan. - preguntó el chico.

- Yo... bueno. Llegué anteayer a Tokyo. Y lo cierto es que sí, estoy algo perdida. No me acordaba de que todo fuera tan grande hace unos años - dijo ella con vergüenza - iba buscando una pista de hielo. No sé si sabrás si hay alguna por esta zona.