•4

1K 110 54
                                    

— Ahm... ¿puedo pasar?— Archie alzó sus cejas.

Quien sabe, probablemente me quedé parada ahí con la boca abierta tanto tiempo que el pobre comenzaba a desesperarse.

— Elizabeth...— mi madre apareció tras él alzando una de sus cejas. — Cariño, muévete.— indicó con dulzura.

Asentí avergonzada moviéndome a un lado. Hasta ese momento puse la suficiente atención como para darme cuenta que Archie cargaba bolsas del súper.

— Este chico se ha ofrecido amablemente a traer las bolsas del súpermercado. — explicó mi madre caminando hasta la cocina donde le indicó que pudiese las cosas sobre la isla. — Gracias, eres un chico muy amable.

— Llámame Archie.— sonrió el pelirrojo con amabilidad.

— Bueno, muchas gracias Archie. ¿Eres nuevo en el vecindario, no?— mi padre ofreció un vaso de jugo.

— Betty y yo vamos al instituto juntos. — me señaló. 

Las miradas se giraron a mí intrigados.

— Ah, sí... Archie y sus hermanos han llegado de intercambio hoy...— una carcajada ahogada del pelirrojo desvió la atención.

— Lo siento, — se disculpó — Es que ellos no son mis hermanos. — negó casi como si estuviese reaccionando a un chiste malo.

— Yo pensé...

— Debido a que venimos del mismo lugar, preferimos quedarnos juntos. La señora Lawrence se ofreció a hospedarnos en su casa ya que ella ha viajado al Caribe con su familia. — explicó con total relajación.

— Oh, es cierto. — Mi madre chaqueó los dedos. — Ya me había comentado algo antes.

Fruncí el ceño confusa. La señora Lawrence y yo solíamos llevarnos bien. Quiero decir, no éramos las mejores amigas, pero seguro me habría comentado en alguna de nuestras típicas charlas de sábado por la mañana sobre sus vacaciones con sus familiares.

— ¿Entonces hay más chicos?— preguntó Chic por primera vez.

Su rostro era serio. Obviamente estaba a la defensiva en la situación.

— Fuimos cuatro afortunados. Cada uno de nosotros destaca en alguna clase que nos ayudó a conseguir el cupo del intercambio. — se encogió de hombros.

— Debe ser difícil estar lejos de sus familias. —  mi madre frunció el ceño preocupada.

— Sabemos cual es nuestro objetivo. — me miró,  y una extraña sensación invadido mi cuerpo.

— Bueno, algún día deberían venir a cenar con nosotros. Ya sabes, para que no se sientan solos. — sugirió mi madre.

La observé sorprendida. No solíamos invitar a casi nadie a cenar porque la mayoría de veces sólo queríamos dormir. El agotamiento era demasiado.

— Nos encantaría. Quiero decir, a los chicos les gustará la idea. — volvió a mirarme con una enorme sonrisa.

Oh, Dios.

— Y si se les ofrece algo, pueden venir con nosotros y haremos lo posible por apoyarlos. — se ofreció mi padre.

— Muchas gracias, están siendo muy amables. — Archie trató de negar, pero obviamente estaba gustoso con la situación.

— Tenemos un restaurante en el centro, se llama Pop's, por favor, lleguen cuando quieran. También entregamos comida a domicilio por si les interesa. — explicó mi padre yendo rápidamente por una de sus tarjetas de presentación.

Moonlight 🌙Onde histórias criam vida. Descubra agora